Desde el d a en que el rey me nombró gobernador del pa s de Judá, desde el a o veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, durante doce a os, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
2 Corintios 12:18 - Biblia Castilian 2003 Rogué a Tito que fuera y envié con él al hermano. ¿Os explotó, acaso, Tito? ¿No procedimos con el mismo esp ritu? ¿No hemos seguido las mismas huellas? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas? Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando le pedí a Tito que los visitara y envié con él al otro hermano, ¿acaso Tito se aprovechó de ustedes? ¡No!, porque ambos tenemos el mismo espíritu y caminamos sobre las pisadas del otro y hacemos las cosas de la misma manera. Biblia Católica (Latinoamericana) Llamé a Tito para que fuera a verlos y con él envié a otro hermano. Pues bien, ¿les sacó dinero Tito? ¿No hemos actuado ambos con el mismo espíritu y no hemos seguido la misma pauta? La Biblia Textual 3a Edicion Rogué a Tito que fuera,° y con él envié al hermano. ¿Acaso os engañó Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Rogué a Tito que fuera y envié con él al hermano. ¿Os explotó, acaso, Tito? ¿No procedimos con el mismo espíritu? ¿No hemos seguido las mismas huellas? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Rogué a Tito, y envié con él un hermano. ¿Os engañó quizá Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu, y en las mismas pisadas? |
Desde el d a en que el rey me nombró gobernador del pa s de Judá, desde el a o veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, durante doce a os, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
Moisés se enojó sobremanera y dijo a Yahveh: '¡No aceptes su oblación! Ni siquiera un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he inferido el menor da o'.
y también padre de los circuncidados, no sólo porque están circuncidados, sino también porque caminan tras las huellas de la fe de nuestro padre Abrahán cuando aún era incircunciso.
¿Qué queréis: que vaya yo a vosotros vara en mano, o con amor y esp ritu de mansedumbre?
Concededme más espacio en vuestro corazón. A nadie hemos perjudicado, a nadie hemos arruinado, a nadie hemos explotado.
Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos trajo el consuelo con la llegada de Tito;
hasta tal punto que rogamos a Tito que, as como comenzó, llevara también a feliz término entre vosotros esta gracia.
A esto habéis sido llamados. Porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas.