Tal es la suerte de quien corre tras el lucro: su avidez termina por matarle.
1 Timoteo 3:3 - Biblia Castilian 2003 no bebedor ni pendenciero, sino amable, conciliador, desinteresado; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; Biblia Nueva Traducción Viviente No debe emborracharse ni ser violento. Debe ser amable, no debe buscar pleitos ni amar el dinero. Biblia Católica (Latinoamericana) No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero. La Biblia Textual 3a Edicion no adicto al vino, ni pendenciero,° sino amable, apacible, no avaro,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 no bebedor ni pendenciero, sino amable, conciliador, desinteresado; Biblia Reina Valera Gómez (2023) no dado al vino, no rencilloso, no codicioso de ganancias deshonestas, sino moderado, apacible, ajeno de avaricia; |
Tal es la suerte de quien corre tras el lucro: su avidez termina por matarle.
Más vale el fin de una cosa que su comienzo; más vale la paciencia que el orgullo.
¡Ay de la orgullosa corona de los ebrios de Efra n, y de la flor marchita de su espléndido atav o, que está en la cima del valle ubérrimo de los derribados por el vino!
También éstos por el vino vacilan, por el licor se tambalean; sacerdotes y profetas vacilan por el licor, desvar an por el vino, dan traspiés por el licor, vacilan en la visión, titubean en la sentencia.
Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos andan buscando su provecho; y desde el profeta al sacerdote, todos ellos obran con enga o.
Por eso daré sus mujeres a otros, sus campos a conquistadores, porque desde el menor al mayor, todos ellos andan buscando su provecho; y desde el profeta al sacerdote, todos ellos obran con enga o.
'Ningún sacerdote beberá vino cuando tenga que entrar en el atrio interior.
'No beberás vino ni bebida alguna embriagante, ni tú ni tus hijos, cuando hayáis de entrar en la tienda del encuentro, para que no muráis; es una ley perpetua para vuestras generaciones,
Si un hombre corriera tras el viento y dijera mentiras como ésta: 'Yo te haré profec as a cambio de vino y licores', ése ser a el profeta digno de este pueblo.
Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ense an por lucro, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en Yahveh, diciendo: '¿No está Yahveh entre nosotros? ¡No nos sucederá nada malo!'.
As habla Yahveh contra los profetas que seducen a mi pueblo, los que proclaman: '¡Paz!', mientras tengan algo que masticar entre sus dientes; pero declaran: '¡Guerra santa!' a quien no les pone algo en la boca.
¡Ah, si hubiera alguno de vosotros que cerrara las puertas, para que no encendierais mi altar inútilmente! No tengo complacencia alguna en vosotros - dice Yahveh Sebaot -, ni me es grata la oblación de vuestras manos.
mientras dec a: 'Escrito está: Mi casa es casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en guarida de ladrones'.
Esos tales no sirven a Cristo, Se or nuestro, sino a sus propios bajos apetitos y, con su modo de hablar lisonjero y adulador, seducen el corazón de los sencillos.
Y no os embriagueis con vino, que lleva al desenfreno, sino dejaos llenar de Esp ritu,
Os exhortamos, hermanos, a que reprendáis a los inquietos, animéis a los t midos, sostengáis a los débiles y seáis comprensivos para con todos.
Igualmente, los diáconos han de ser dignos, sin doblez en el hablar, no dados a la bebida ni a sórdidos oficios,
Los hombres serán ego stas, avaros, fanfarrones, orgullosos, difamadores, rebeldes a los padres, desagradecidos, imp os,
A éstos hay que taparles la boca, ya que están echando a perder a familias enteras ense ando lo que no deben, y todo por una sórdida ganancia.
Porque, como administrador de Dios que es, el obispo tiene que ser irreprochable, no arrogante, ni iracundo, ni bebedor, ni pendenciero, ni codicioso;
Lo mismo las ancianas: que sean venerables en su comportamiento, lejos de la maledicencia y de la embriaguez, maestras del bien,
que no injurien a nadie, ni sean pendencieros, sino amables, dando prueba cabal de afabilidad ante todo el mundo.
No os dejéis arrastrar por la codicia y contentaos con lo que tenéis. Pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré.
¿De dónde vienen entre vosotros las guerras y de dónde las luchas? ¿No vienen precisamente de aqu, de vuestras pasiones, que hacen la guerra en vuestros miembros?
apacentad el reba o de Dios que está entre vosotros, vigilando, no obligados por la fuerza, sino de buen grado, según Dios; y no por sórdida ganancia, sino con generosidad;
Empujados por la avaricia, se aprovecharán de vosotros con discursos mentirosos. Hace ya tiempo que ni su condenación está ociosa ni su perdición dormida.
¡Ay de ellos! Porque se fueron por el camino de Ca n, por un salario se sumergieron en el extrav o de Balaán y perecieron en la rebelión de Coré.
Yo, Juan, vuestro hermano y compa ero en la tribulación, en el reino y en la constante espera de Jesús, estuve en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.
Pero los hijos no siguieron los caminos de su padre, sino que se inclinaron a la avaricia, aceptaban regalos y torcieron la justicia.