al tercer d a llegó del campamento de Saúl un hombre con los vestidos desgarrados y cubierta de polvo la cabeza. Al acercarse a David, se echó a tierra y se postró ante él.
1 Samuel 4:12 - Biblia Castilian 2003 Un hombre de Benjam n salió corriendo del campo de batalla y llegó aquel mismo d a a Siló con los vestidos rasgados y la cabeza cubierta de polvo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y corriendo de la batalla un hombre de Benjamín, llegó el mismo día a Silo, rotos sus vestidos y tierra sobre su cabeza; Biblia Nueva Traducción Viviente Un hombre de la tribu de Benjamín corrió desde el campo de batalla y, más tarde ese mismo día, llegó a Silo. Había rasgado su ropa y echado polvo sobre su cabeza en señal de dolor. Biblia Católica (Latinoamericana) Un hombre de Benjamín se escapó y llegó ese mismo día a Silo, con la ropas hecha tiras y la cabeza cubierta de polvo. La Biblia Textual 3a Edicion Y aquel mismo día, cierto hombre de Benjamín corrió desde el campo de batalla hasta Silo, rasgados sus vestidos y echada tierra sobre su cabeza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Un hombre de Benjamín salió corriendo del campo de batalla y llegó aquel mismo día a Siló con los vestidos rasgados y la cabeza cubierta de polvo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y corriendo de la batalla un hombre de Benjamín, vino aquel día a Silo, rotas sus vestiduras y tierra sobre su cabeza: |
al tercer d a llegó del campamento de Saúl un hombre con los vestidos desgarrados y cubierta de polvo la cabeza. Al acercarse a David, se echó a tierra y se postró ante él.
Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su larga túnica de mangas, se cubrió la cabeza con las manos y se fue dando gritos.
Cuando llegó David a la cumbre donde se adoraba a Dios, salió a su encuentro Jusay, amigo de David, con la túnica rasgada y cubierta de polvo la cabeza.
El d a veinticuatro de aquel mismo mes se reunieron los israelitas para un ayuno, vestidos de saco y cubiertos de polvo.
Desde lejos alzaron la vista y no lo reconocieron. Entonces rompieron a llorar, se rasgaron las vestiduras y arrojaron polvo sobre sus cabezas.
entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.
Darán grandes voces por ti y gritarán amargamente; se echarán polvo en la cabeza, se revolcarán en la ceniza.
Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas.