se levantaron todos los hombres valientes, tomaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos y se los llevaron a Yabés. Sepultaron sus huesos bajo el terebinto de Yabés y ayunaron durante siete d as.
1 Samuel 31:12 - Biblia Castilian 2003 y los más valientes de entre ellos se pusieron en marcha, caminaron durante toda la noche y, tomando el cadáver de Saúl y los de sus hijos de los muros de Betsán, los llevaron a Yabés, donde los quemaron. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. Biblia Nueva Traducción Viviente todos los valientes guerreros viajaron toda la noche hasta Bet-sán y bajaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos de la muralla. Llevaron los cuerpos a Jabes, donde los incineraron. Biblia Católica (Latinoamericana) los más valientes de entre ellos salieron y caminaron toda la noche. Retiraron de las murallas de Bet-seán los cuerpos de Saúl y de sus hijos, regresaron a Yabés y los quemaron. La Biblia Textual 3a Edicion se levantaron todos los hombres de valor y anduvieron toda aquella noche, y bajaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Bet-sán, y fueron a Jabes y los quemaron allí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los más valientes de entre ellos se pusieron en marcha, caminaron durante toda la noche y, tomando el cadáver de Saúl y los de sus hijos de los muros de Betsán, los llevaron a Yabés, donde los quemaron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-seán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. |
se levantaron todos los hombres valientes, tomaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos y se los llevaron a Yabés. Sepultaron sus huesos bajo el terebinto de Yabés y ayunaron durante siete d as.
Fue sepultado en el sepulcro que para s hab a excavado en la Ciudad de David. Lo pusieron en un lecho lleno de bálsamos y aromas, preparados según el arte de la perfumer a. Y en su honor encendieron una hoguera extraordinariamente grande.
morirás en paz. Y, como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes anteriores que te precedieron, as se quemarán por ti. Y entonarán por ti la lamentación: ¡Ay, Se or! Porque lo digo yo' - oráculo de Yahveh -.
Entonces entrará su t o o su pariente para sacar de la casa los huesos, y dirá al que está en un rincón de la casa: '¿Hay alguno más contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. El otro dirá: '¡Calla! Que no hay que mentar el nombre de Yahveh'.
Expusieron luego sus armas en el templo de Astarté y colgaron su cadáver de los muros de Betsán.