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1 Samuel 3:3 - Biblia Castilian 2003

No se hab a apagado todav a la lámpara de Dios. Samuel se hallaba acostado en el santuario de Yahveh, donde se hallaba el arca de Dios.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba dormido en el tabernáculo cerca del arca de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todavía no se había apagado la lámpara de Dios y Samuel estaba acostado en el santuario de Yavé, allí donde estaba el arca de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pero aún no se había apagado la lámpara de Dios, y estando Samuel acostado en la Casa de YHVH, en la cual estaba el Arca de Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No se había apagado todavía la lámpara de Dios. Samuel se hallaba acostado en el santuario de Yahveh, donde se hallaba el arca de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde el arca de Dios estaba; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,

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Lòt tradiksyon



1 Samuel 3:3
10 Referans Kwoze  

Cada ma ana y cada tarde queman holocaustos en honor de Yahveh y ofrecen inciensos aromáticos; disponen los panes de la presencia sobre la mesa limpia y encienden el candelabro de oro y sus lámparas cada tarde. Pues nosotros guardamos las disposiciones de Yahveh, nuestro Dios, a quien vosotros habéis abandonado.


Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.


Una voz: el Se or retuerce las encinas y desnuda los bosques. En su santuario todo dice: Gloria.


destruyes los pregoneros del embuste. Del hombre sanguinario y fraudulento el Se or abomina.


'Harás también un candelabro de oro puro, trabajado a martillo, lo mismo que su base y su tallo. Sus cálices, corolas y flores formarán cuerpo con él.


Su rival la mortificaba e incluso lograba irritarla, porque Yahveh le hab a cerrado el seno.


Después de comer y beber en Siló, se levantó Ana y se puso delante de Yahveh. Entre tanto, el sacerdote El estaba sentado en una silla, junto a la jamba de la puerta del santuario de Yahveh.