Entonces Abisay, hijo de Servia, dijo al rey: '¿Por qué ese perro muerto insulta al rey, mi Se or? ¡Perm teme que yo vaya y le corte la cabeza!'.
1 Samuel 26:8 - Biblia Castilian 2003 Dijo entonces Abisay a David: 'Dios ha entregado hoy a tu enemigo en tus manos. Ahora pues, déjame clavarlo con su lanza en el suelo de un solo golpe; no tendré que repetirlo'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Esta vez, sin duda alguna, Dios te ha entregado a tu enemigo! —le susurró Abisai a David—. Déjame que lo clave en la tierra con un solo golpe de mi lanza; ¡no hará falta darle dos! Biblia Católica (Latinoamericana) Abisaí dijo entonces a David: 'Hoy puso Dios a tu enemigo en tus manos. Déjame clavarlo en tierra con su lanza, no tendré necesidad de hacerlo por segunda vez'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces dijo Abisai a David: ¡’Elohim ha entregado hoy a tu enemigo en tu mano! ¡Déjame clavarlo en tierra con su propia lanza de un solo golpe, pues no necesitaré un segundo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo entonces Abisay a David: 'Dios ha entregado hoy a tu enemigo en tus manos. Ahora pues, déjame clavarlo con su lanza en el suelo de un solo golpe; no tendré que repetirlo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora pues, déjame que lo hiera con la lanza, cosiéndole en la tierra de un golpe, y no segundaré. |
Entonces Abisay, hijo de Servia, dijo al rey: '¿Por qué ese perro muerto insulta al rey, mi Se or? ¡Perm teme que yo vaya y le corte la cabeza!'.
Yo me gozo y me alegro en tus mercedes, pues tú adviertes mis pesares y conoces las penas de mi alma.
Entonces Juan, hijo de Caréaj, habló en secreto a Godol as en Mispá en estos términos: 'Pienso ir yo a matar a Ismael, hijo de Netan as, sin que nadie lo sepa. ¿Por qué te ha de quitar la vida, para que as se dispersen todos los jud os que se han reunido en torno a ti y perezca el resto de Judá?'.
¿Qué tramáis contra Yahveh? ¡Es Él quien extermina! No surgirá dos veces la opresión.
Pues Dios incluyó a todos por igual en la desobediencia, a fin de tener misericordia de todos.
¿Cómo un solo hombre puede perseguir a un millar, y dos poner en fuga a diez millares, si no es porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh se los ha entregado?
Además, Yahveh les concedió tranquilidad en derredor, conforme a todo lo que hab a jurado a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues Yahveh entregó en sus manos a todos sus enemigos.
Subió, pues, Judá. Yahveh entregó en sus manos a los cananeos y a los perizeos, y derrotaron en Bézec a diez mil hombres.
David viv a en el desierto, en los refugios, y se estableció en las colinas del desierto de Zif. Y aunque Saúl lo buscaba sin pausa, Dios no lo entregó en sus manos.
Llegó a unos apriscos de ovejas que hab a junto al camino. Hab a all una cueva en la que entró Saúl para satisfacer una necesidad. David y los suyos estaban sentados en el fondo de la cueva.
Entonces los hombres de David dijeron: 'Éste es el d a que Yahveh te anunció cuando te dijo: 'Yo entregaré a tu enemigo en tus manos, para que hagas de él lo que te plazca''. David se levantó y cortó calladamente la orla del manto de Saúl.
Yahveh retribuirá a cada uno según su justicia y lealtad. Yahveh te hab a entregado hoy en mis manos, pero yo no he querido poner la m a sobre el ungido de Yahveh.
Llegáronse David y Abisay, de noche, hasta la tropa y vieron que Saúl estaba acostado y durmiendo en el centro del campamento, con su lanza clavada en el suelo a su cabecera, y que Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él.
Pero David respondió a Abisay: 'No lo mates; pues ¿quién que haya puesto su mano sobre el ungido de Yahveh puede permanecer impune?'.