1 Samuel 26:23 - Biblia Castilian 2003 Yahveh retribuirá a cada uno según su justicia y lealtad. Yahveh te hab a entregado hoy en mis manos, pero yo no he querido poner la m a sobre el ungido de Yahveh. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor da su propia recompensa por hacer el bien y por ser leal, y yo rehusé matarlo, aun cuando el Señor lo puso en mi poder, porque usted es el ungido del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé recompensará a cada cual según su justicia y su fidelidad. Hoy Yavé te había puesto en mis manos y yo no quise poner mi mano encima del que Yavé consagró. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH retribuirá a cada uno su justicia y su lealtad, pues habiéndote entregado YHVH hoy en mi mano, no he querido extender mi mano contra el ungido de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh retribuirá a cada uno según su justicia y lealtad. Yahveh te había entregado hoy en mis manos, pero yo no he querido poner la mía sobre el ungido de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano sobre el ungido de Jehová. |
escucha tú desde el cielo y actúa; haz justicia con tus siervos, condenando al que es culpable, de suerte que su mala conducta recaiga sobre su cabeza, y justificando al que es inocente y retribuyéndole conforme a su justicia.
¡Acuérdate de m, oh Dios m o, por estas cosas, y no borres las obras piadosas que he hecho por el templo de Yahveh y por su servicio!
Una cosa ha dicho Dios, estas dos yo he escuchado: que de Dios es el poder
Hoy mismo han visto tus ojos que Yahveh te entregaba en mis manos en la cueva. Se me incitaba a matarte; pero sent piedad de ti y me dije: 'No extenderé yo mi mano contra mi se or, pues es el ungido de Yahveh'.
Mira, padre m o; mira en mi mano la orla de tu manto. Yo te la corté, pero no te maté. Reconoce y mira que no hay en m maldad ni rebeld a. Yo no he pecado contra ti; no obstante, tú andas a la caza de mi vida para quitármela.
Y dijo a David: 'Tú eres más justo que yo, porque tú me has hecho bien mientras yo he procurado hacerte mal.
Tú me has mostrado hoy que eres benévolo conmigo, ya que Yahveh me ha entregado en tus manos, pero tú no me has matado.
Pero l breme Yahveh de poner mi mano sobre el ungido de Yahveh. Toma ahora la lanza que está a su cabecera y el jarro de agua, y vámonos'.
Replicó David: 'Aqu está la lanza del rey; que venga uno de sus criados a recogerla.
Pero David respondió a Abisay: 'No lo mates; pues ¿quién que haya puesto su mano sobre el ungido de Yahveh puede permanecer impune?'.