¿Por qué, pues has menospreciado la palabra de Yahveh y has hecho lo que es malo ante sus ojos? Has hecho morir por la espada a Ur as, el hitita, y luego has tomado por esposa a su mujer; lo has asesinado con la espada de los amonitas.
1 Samuel 24:5 - Biblia Castilian 2003 Entonces los hombres de David dijeron: 'Éste es el d a que Yahveh te anunció cuando te dijo: 'Yo entregaré a tu enemigo en tus manos, para que hagas de él lo que te plazca''. David se levantó y cortó calladamente la orla del manto de Saúl. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero comenzó a remorderle la conciencia por haber cortado el manto de Saúl, Biblia Católica (Latinoamericana) Los compañeros de David le dijeron: 'Ahora Yavé te entrega en tus manos a tu enemigo. Puedes hacerle ahora todo lo que quieras'. La Biblia Textual 3a Edicion Y después de esto, aconteció que el corazón de David le remordió por haber cortado la orilla del manto de Saúl. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces los hombres de David dijeron: 'Éste es el día que Yahveh te anunció cuando te dijo: 'Yo entregaré a tu enemigo en tus manos, para que hagas de él lo que te plazca''. David se levantó y cortó calladamente la orla del manto de Saúl. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sucedió después de esto que el corazón de David le golpeaba, por haber cortado la orilla del manto de Saúl. |
¿Por qué, pues has menospreciado la palabra de Yahveh y has hecho lo que es malo ante sus ojos? Has hecho morir por la espada a Ur as, el hitita, y luego has tomado por esposa a su mujer; lo has asesinado con la espada de los amonitas.
Pero a David le remord a el corazón por haber hecho el censo del pueblo y dijo a Yahveh: 'He cometido un gran pecado en lo que he hecho. Perdona, pues, ahora, oh Yahveh, la falta de tu siervo, porque he obrado muy neciamente'.
'Por haberse conmovido tu corazón y por haberte humillado tú ante Yahveh al o r lo que he pronunciado contra este lugar y sus habitantes, que se han de convertir en objeto de desolación y maldición, y por haber rasgado tus vestiduras y llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!
mi Dios viene a mi encuentro con su gracia, él me dará a ver de mis opresores la derrota.
Dijo entonces Abisay a David: 'Dios ha entregado hoy a tu enemigo en tus manos. Ahora pues, déjame clavarlo con su lanza en el suelo de un solo golpe; no tendré que repetirlo'.