Dijo entonces Saray a Abrán: 'Recaiga sobre ti la afrenta que se me ha hecho. Fui yo la que puse a mi esclava en tu seno; pero al verse ella encinta, me mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre tú y yo'.
1 Samuel 24:16 - Biblia Castilian 2003 Que Yahveh sea juez y sentencie entre tú y yo. Que él examine y defienda mi causa, y que me haga justicia librándome de tu mano'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando David terminó de hablar, Saúl le respondió: —¿Realmente eres tú, David, hijo mío? Enseguida comenzó a llorar Biblia Católica (Latinoamericana) Que Yavé juzgue entre tú y yo. Que él examine y asuma mi defensa, que me haga justicia y me libre de tu mano'. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando David hubo terminado de decir esas palabras a Saúl, aconteció que Saúl dijo: ¿Es esta tu voz, hijo mío David? Entonces Saúl alzó su voz y lloró. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Que Yahveh sea juez y sentencie entre tú y yo. Que él examine y defienda mi causa, y que me haga justicia librándome de tu mano'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró. |
Dijo entonces Saray a Abrán: 'Recaiga sobre ti la afrenta que se me ha hecho. Fui yo la que puse a mi esclava en tu seno; pero al verse ella encinta, me mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre tú y yo'.
Para el d a séptimo dejó Dios acabada la obra que hab a hecho. El d a séptimo descansó de todo cuanto hab a hecho.
Corrió Esaú a su encuentro, lo abrazó y se arrojó a su cuello; lo besó, y ambos lloraron.
Salió David a su encuentro y les dijo: 'Si ven s a m en son de paz para prestarme ayuda, mi corazón estará con vosotros; pero si es para traicionarme en favor de mis enemigos, no habiendo violencia en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue'.
Son dulces las palabras oportunas, pero ¿qué pretenden vuestras cr ticas?
Manzanas de oro en bandeja de plata: as son las palabras dichas a tiempo.
porque yo os daré un lenguaje y una sabidur a que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios.
pero no eran capaces de hacer frente a la sabidur a y al esp ritu con que hablaba.
Yo, pues, no he pecado contra ti; y en cambio, tú me haces da o al declararme la guerra. ¡Que Yahveh, el juez, juzgue hoy entre los israelitas y los amonitas!'.
Saúl reconoció la voz de David, y le preguntó: '¿No es tu voz, hijo m o, David?'. David respondió: 'S; es mi voz, oh rey, mi se or'.
Y as como tu vida ha sido de gran estimación ante mis ojos, as también lo será la m a a los ojos de Yahveh, y él me librará de toda situación angustiosa'.