Cuando los hombres del lugar le preguntaban por su mujer, él respond a: 'Es mi hermana'. No se atrev a a decir: 'Es mi mujer', pues pensaba: 'Es de tan buen parecer que temo que los habitantes del lugar me maten a causa de ella'.
1 Samuel 21:12 - Biblia Castilian 2003 Los servidores de Aqu s le dijeron: '¿No es éste David, rey del pa s? ¿No es él aquel de quien cantaban a coro: Saúl mató a mil, y David a diez mil?'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. Biblia Nueva Traducción Viviente David oyó esos comentarios y tuvo mucho miedo de lo que el rey Aquis de Gat pudiera hacer con él. Biblia Católica (Latinoamericana) Los servidores de Aquis le dijeron: '¡Pero, majestad, si ése es David! ¿No era a propósito de él que bailaban y cantaban: Saúl mató a mil, y David, diez mil?' La Biblia Textual 3a Edicion Y David guardó esas palabras en su corazón, y tuvo gran temor de Aquís, rey de Gat. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los servidores de Aquís le dijeron: '¿No es éste David, rey del país? ¿No es él aquel de quien cantaban a coro: Saúl mató a mil, y David a diez mil?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquís, rey de Gat. |
Cuando los hombres del lugar le preguntaban por su mujer, él respond a: 'Es mi hermana'. No se atrev a a decir: 'Es mi mujer', pues pensaba: 'Es de tan buen parecer que temo que los habitantes del lugar me maten a causa de ella'.
Sin tregua me quebrantan mis esp as, numerosos, encrestados, me hacen guerra.
Mar a, por su parte, reten a todas estas cosas repensándolas en su corazón.
Bajó con ellos y regresó a Nazaret; y viv a bajo su autoridad. Pero su madre reten a cuidadosamente todas estas cosas en su corazón.
Y al tiempo que danzaban, las mujeres cantaban a coro: 'Saúl mató a mil, y David a diez mil'.
Respondió el sacerdote: 'Ah tienes la espada de Goliat, el filisteo que tú mataste en el valle del Terebinto, envuelta en un pa o detrás del efod. Si la quieres tomar, tómala, pues no hay otra aqu '. Dijo entonces David: '¡Ninguna mejor! Dámela'.
David reflexionó seriamente sobre estas palabras y empezó a sentir gran temor de Aqu s, rey de Gat.