En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.
1 Samuel 2:16 - Biblia Castilian 2003 Y si el hombre le dec a: 'Hay que quemar primero la grasa, después tomarás lo que te plazca', le respond a el criado: 'No; me lo darás ahora mismo, si no, lo tomaré por la fuerza'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. Biblia Nueva Traducción Viviente Si el hombre que ofrecía el sacrificio respondía: «Toma toda la que quieras, pero solo después de quemarse la grasa», el sirviente insistía: «No, dámela ahora o la tomaré por la fuerza». Biblia Católica (Latinoamericana) Y si alguien le respondía: 'Espera primero a que se queme la carne, luego toma lo que quieras', le replicaba: '¡No, tienes que dármelo en seguida, si no lo tomaré a la fuerza!' La Biblia Textual 3a Edicion Y si el hombre le respondía: Quémese primero la grosura, y después toma lo que desee tu alma; le decía: No, sino que me la darás ahora mismo; pues si no, la tomaré por la fuerza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y si el hombre le decía: 'Hay que quemar primero la grasa, después tomarás lo que te plazca', le respondía el criado: 'No; me lo darás ahora mismo, si no, lo tomaré por la fuerza'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si le respondía el varón: Quemen la grosura primero, y después toma todo lo que tu alma desee; entonces él le respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. |
En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.
El sacerdote lo quemará sobre el altar como alimento, manjar pasado por el fuego de calmante aroma para Yahveh. Toda la grasa pertenece a Yahveh.
As habla Yahveh contra los profetas que seducen a mi pueblo, los que proclaman: '¡Paz!', mientras tengan algo que masticar entre sus dientes; pero declaran: '¡Guerra santa!' a quien no les pone algo en la boca.
Respondiéronle los danitas: 'No alces demasiado la voz contra nosotros, no sea que algunos se irriten, arremetan contra ti y pierdas tu vida y la de tu familia'.
Ya antes incluso de que se quemara la grasa, ven a el criado del sacerdote y dec a al que ofrec a el sacrificio: 'Dame la carne para asársela al sacerdote; porque no te aceptará carne cocida, sino cruda'.
As, el pecado de estos jóvenes era extremadamente grande a los ojos de Yahveh, porque atra an el descrédito sobre las ofrendas a Yahveh.