ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.
1 Samuel 17:40 - Biblia Castilian 2003 Tomó entonces su cayado en la mano, eligió en el torrente cinco guijarros lisos, los metió en el zurrón de pastor que llevaba, en su morral, y con la honda en la mano avanzó hacia el filisteo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Biblia Nueva Traducción Viviente Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo. Biblia Católica (Latinoamericana) Tomó su palo y recogió del lecho del arroyo cinco piedras bien planas. Las puso en su morral de pastor, en su bolsa de cuero, tomó la honda en la mano y avanzó hacia el filisteo. La Biblia Textual 3a Edicion y tomando su cayado en la mano, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, al saco pastoril que traía, y empuñando su honda se acercó al filisteo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tomó entonces su cayado en la mano, eligió en el torrente cinco guijarros lisos, los metió en el zurrón de pastor que llevaba, en su morral, y con la honda en la mano avanzó hacia el filisteo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril y en el zurrón que traía, y con su honda en su mano, se fue hacia el filisteo. |
ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.
Entre toda esta tropa hab a setecientos hombres escogidos, ambidextros, todos ellos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello sin errar el tiro.
Le sucedió Sangar, hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes. También él salvó a Israel.
Se ci ó luego David la espada de Saúl sobre su ropa e intentó caminar, pues no estaba acostumbrado. Dijo David a Saúl: 'No puedo moverme con estas cosas; no estoy acostumbrado a ellas'. Y se las quitó de encima.
El filisteo, precedido de su escudero, se fue aproximando poco a poco a David.