Dijo Esaú a su padre: '¿No tienes más que una bendición, padre m o? Bend ceme también a m, padre m o'.
1 Samuel 11:4 - Biblia Castilian 2003 Llegaron los mensajeros a Guibeá de Saúl y transmitieron la propuesta a o dos del pueblo, que a voz en grito empezó a llorar. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y le contaron al pueblo acerca de su aprieto, todos se echaron a llorar. Biblia Católica (Latinoamericana) Llegaron los mensajeros a Guibea de Saúl y le contaron todo el problema al pueblo: todo el pueblo lanzó una gran lamentación y se pusieron a llorar. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegaron los mensajeros a Guibeá de Saúl y transmitieron la propuesta a oídos del pueblo, que a voz en grito empezó a llorar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró a voz en grito. |
Dijo Esaú a su padre: '¿No tienes más que una bendición, padre m o? Bend ceme también a m, padre m o'.
Por eso, que se nos entreguen siete de sus hijos, para colgarlos ante Yahveh, en Gabaón, en el monte de Yahveh'. Respondió el rey: 'Os los entregaré'.
Ajiezer, el jefe, y Joás, hijos de Semaá, de Guibeá; Yeziel y Pélet, hijos de Azmávet; Beraca y Jehú, de Anatot;
Y as, si un miembro sufre, todos los demás padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los demás participan de su honor.
Ayudaos los unos a llevar las cargas de los otros, y as cumpliréis la ley de Cristo.
Acordaos de los presos, como si compartierais con ellos la prisión; de los torturados, como si también vosotros estuvierais dentro de su piel.
Cuando el ángel de Yahveh acabó de proferir estas palabras a todos los israelitas, levantó el pueblo la voz y rompió en llanto.
Porque los israelitas hab an subido a lamentarse delante de Yahveh hasta la tarde y hab an consultado: '¿Hemos de volver a pelear con los benjaminitas, nuestros hermanos?'. Y Yahveh les hab a respondido: 'Subid contra ellos'.
Subieron entonces todos los israelitas, todo el pueblo, a Betel a lamentarse; y permanecieron all en presencia de Yahveh, ayunaron aquel d a hasta el atardecer y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión ante Yahveh.
Vino luego el pueblo a Betel, donde permaneció en presencia de Dios hasta la tarde, llorando amargamente a voz en grito y
También Saúl se fue a su casa, a Guibeá. Le acompa aban algunos guerreros, a quienes Dios les hab a tocado el corazón.
Saúl estaba apostado en un extremo de Guibeá, bajo el granado que hay en Migrón, con unos seiscientos hombres.
David y los que le acompa aban alzaron la voz y lloraron hasta más no poder.