Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y dec a a Jacob: 'Dame hijos o me muero'.
1 Samuel 1:10 - Biblia Castilian 2003 Ella, llena de amargura, se puso a orar a Yahveh entre sollozos Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. Biblia Nueva Traducción Viviente Ana, con una profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba al Señor Biblia Católica (Latinoamericana) Muy apenada rezó a Yavé sin dejar de llorar;' La Biblia Textual 3a Edicion ella, con amargura de alma, suplicó a YHVH y lloró efusivamente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella, llena de amargura, se puso a orar a Yahveh entre sollozos Biblia Reina Valera Gómez (2023) ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. |
Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y dec a a Jacob: 'Dame hijos o me muero'.
Llegados a la era de Atad, que está a la otra parte del Jordán, hicieron all un llanto muy grande y solemne. José hizo duelo por su padre siete d as.
Y apenas acabó de hablar, llegaron los hijos del rey, quienes, en alta voz, empezaron a llorar. También el rey y todos sus servidores prorrumpieron en gran llanto.
Y a adió Jusay: 'Tú sabes que tu padre y sus hombres son valientes y que ahora están exasperados como una osa en el campo a la que han quitado sus cachorros. Por otra parte, tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con la tropa.
'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequ as rompió en un gran llanto.
Siento hast o de mi vida; quiero abandonarme a mi dolor, hablar en la amargura de mi alma.
Por eso no retendré mis palabras, hablaré en la angustia de mi esp ritu, me quejaré en la amargura de mi alma:
Él me invoca y yo lo atiendo, en la angustia estoy con él para librarle y ponerlo en dignidad.
¿Qué hablaré? Él me lo dijo y él lo ha hecho: caminaré todos mis d as, hundido en la amargura de mi alma.
Como a mujer abandonada y de afligido esp ritu te ha llamado Yahveh; como a esposa de la juventud, a pesar de repudiada, te llama tu Dios.
Si no escucháis esto, llorará en secreto mi alma ante tal orgullo, se deshará en lágrimas; derramarán lágrimas mis ojos, porque es llevada cautiva la grey de Yahveh.
No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el pa s en que nació.
Y en medio de la angustia, segu a orando con más intensidad. Su sudor era como gruesas gotas de sangre que ca an en tierra].
Cristo, en los d as de su vida mortal, presentó, a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas al que pod a salvarlo de la muerte, y fue escuchado en atención a su piedad reverencial.
Vino luego el pueblo a Betel, donde permaneció en presencia de Dios hasta la tarde, llorando amargamente a voz en grito y
Pero ella les dec a: 'No me llaméis ya Noem; llamadme Mará, porque el Omnipotente me ha llenado de amargura en demas a.
y le hizo este voto: '¡Oh Yahveh Sebaot! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y te acuerdas de m; y si no olvidas a tu sierva y le concedes un hijo varón, yo lo entregaré a Yahveh de por vida, y la navaja no tocará su cabeza'.
Después de comer y beber en Siló, se levantó Ana y se puso delante de Yahveh. Entre tanto, el sacerdote El estaba sentado en una silla, junto a la jamba de la puerta del santuario de Yahveh.