El peso del oro que cada a o le llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos,
1 Reyes 3:13 - Biblia Castilian 2003 Y te concedo, además, lo que no me has pedido: riquezas y gloria tales que no habrá ningún rey como tú mientras vivas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. Biblia Nueva Traducción Viviente Además, te daré lo que no me pediste: riquezas y fama. Ningún otro rey del mundo se comparará a ti por el resto de tu vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Y además te daré lo que tú no has pedido: tendrás riquezas y gloria más que ningún otro rey de la tierra durante tu vida. La Biblia Textual 3a Edicion Y también te concedo lo que no has pedido, así riquezas como honores, de modo que no habrá entre los reyes hombre como tú en todos tus días. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y te concedo, además, lo que no me has pedido: riquezas y gloria tales que no habrá ningún rey como tú mientras vivas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. |
El peso del oro que cada a o le llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos,
Yahveh engrandeció sobremanera a Salomón a los ojos de todo Israel y le concedió una majestad real como jamás la hab a tenido ningún rey antes de él en Israel.
El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en opulencia y sabidur a.
¿Acaso no fue por esto por lo que pecó Salomón, rey de Israel? Entre tantas naciones, no hubo rey como él. Fue amado de su Dios, y Dios lo constituyó rey de todo Israel. Pero también a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.
A un individuo Dios le concede riqueza, fortuna y gloria: nada le falta de cuanto pudiera desear. Pero Dios no le permite disfrutar de todo ello, sino que lo disfruta un extra o. Esto es vanidad y triste desventura.
Buscad primero el reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por a adidura.
El que ni siquiera escatimó darnos a su propio Hijo, sino que por todos nosotros lo entregó, ¿cómo no nos dará gratuitamente también todas las cosas con él?
A aquel que tiene poder sobre todas las cosas y puede hacer incomparablemente más de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,