Traeré un bocado de pan y repondréis fuerzas; después seguiréis, ya que para eso habéis pasado junto a vuestro siervo'. Ellos contestaron: 'Haz como dices'.
1 Reyes 13:7 - Biblia Castilian 2003 Dijo entonces el rey al varón de Dios: 'Ven conmigo a mi casa para tomar un bocado, y además te haré un regalo'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente. Biblia Nueva Traducción Viviente Después el rey dijo al hombre de Dios: —Ven al palacio conmigo, come algo y te daré un regalo. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey dijo entonces al hombre de Dios: 'Ven conmigo a mi casa, recupera tus fuerzas y te daré un regalo'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a la casa, y susténtate, y te daré un presente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo entonces el rey al varón de Dios: 'Ven conmigo a mi casa para tomar un bocado, y además te haré un regalo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente. |
Traeré un bocado de pan y repondréis fuerzas; después seguiréis, ya que para eso habéis pasado junto a vuestro siervo'. Ellos contestaron: 'Haz como dices'.
Toma contigo diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él; que él te dirá lo que va a ser del ni o'.
Volvióse entonces al varón de Dios con todo su séquito y, cuando llegó, se detuvo ante él y le dijo: 'Ahora reconozco que no hay más Dios en toda la tierra que el de Israel. Acepta, por favor, un regalo de tu siervo'.
Y como no se mov a, le a adió: 'Vuelve junto a Godol as, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quédate con él entre la población; o vete adondequiera que te parezca conveniente ir'. El jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.
¡Ah, si hubiera alguno de vosotros que cerrara las puertas, para que no encendierais mi altar inútilmente! No tengo complacencia alguna en vosotros - dice Yahveh Sebaot -, ni me es grata la oblación de vuestras manos.
apacentad el reba o de Dios que está entre vosotros, vigilando, no obligados por la fuerza, sino de buen grado, según Dios; y no por sórdida ganancia, sino con generosidad;
Manóaj dijo entonces al ángel de Yahveh: 'Permite que te retengamos para preparar un cabritillo en tu honor'.
Lo llevó a su casa y echó pienso a los asnos. Ellos, después de lavarse los pies, comieron y bebieron.