Y a los que estaban a la entrada de la casa, los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que no lograron dar con la puerta.
1 Reyes 13:4 - Biblia Castilian 2003 Al o r el rey Jeroboán lo que el varón de Dios gritaba contra el altar de Betel, extendió su mano desde encima del altar y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero se le secó la mano que hab a extendido contra él y no pudo volverla hacia s. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jeroboam oyó al hombre de Dios hablar contra el altar de Betel, el rey lo señaló con el dedo y gritó: «¡Detengan a ese hombre!»; pero al instante, la mano del rey se paralizó en esa posición, y no podía moverla. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el rey Jeroboam escuchó esa maldición del hombre de Dios contra el altar de Betel, extendió la mano y ordenó: '¡Deténganlo!' Pero la mano que había extendido contra el hombre de Dios quedó tiesa y no pudo encogerla. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando el rey oyó la palabra que el varón de Dios había dicho contra el altar de Bet-’El, Jeroboam extendió su mano desde el altar, diciendo: ¡Prendedle! Y al momento se le secó la mano que había extendido contra él, y no pudo recogerla hacia sí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al oír el rey Jeroboán lo que el varón de Dios gritaba contra el altar de Betel, extendió su mano desde encima del altar y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero se le secó la mano que había extendido contra él y no pudo volverla hacia sí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Betel, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Agárrenlo! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, de manera que no pudo volverla hacia sí. |
Y a los que estaban a la entrada de la casa, los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que no lograron dar con la puerta.
Y dio aquel mismo d a una se al, diciendo: 'Ésta es la se al de que es Yahveh quien habla: el altar se romperá, y se derramará la ceniza que hay sobre él'.
El altar se rompió y la ceniza del altar se derramó, conforme a la se al que hab a dado el varón de Dios por orden de Yahveh.
y diles: 'As ha ordenado el rey: meted a éste en la cárcel y tenedlo a pan y agua, con escasa ración, hasta que yo vuelva en paz''.
Asá se irritó contra el vidente y lo puso en prisión, pues sus palabras le hab an indignado Por aquel tiempo, Asá oprimió también a algunos del pueblo.
Y el rey les responderá: 'Os lo aseguro: todo lo que hicisteis con uno de estos hermanos más peque os, conmigo lo hicisteis'.
Los que arrestaron a Jesús lo condujeron a casa del sumo sacerdote Caifás, donde se hab an reunido los escribas y los ancianos.
Y mirando en torno a todos ellos, dijo al hombre: 'Extiende tu mano'. Él lo hizo, y se le curó la mano.
De verdad os lo aseguro: el que reciba al que yo env e, a m me recibe; y el que a m me recibe, recibe al que me ha enviado'.
Si alguien pretende causarles mal, saldrá fuego de la boca que devorará a sus enemigos. Si alguien pretende causarles mal, morirá sin remedio.