Como se apiada el padre de los hijos, tal se apiada el Se or del que le teme.
1 Pedro 3:8 - Biblia Castilian 2003 En fin, sed todos de un mismo sentir, compartid alegr as y tristezas, cultivad el amor fraterno, sed misericordiosos, humildes; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; Biblia Nueva Traducción Viviente Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde. Biblia Católica (Latinoamericana) Finalmente, tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás con amor fraterno, sean compasivos y humildes. La Biblia Textual 3a Edicion En conclusión,° sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos como hermanos, misericordiosos, humildes; Biblia Serafín de Ausejo 1975 En fin, sed todos de un mismo sentir, compartid alegrías y tristezas, cultivad el amor fraterno, sed misericordiosos, humildes; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Finalmente, sed todos de una misma mente, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; |
Como se apiada el padre de los hijos, tal se apiada el Se or del que le teme.
Quien aumenta su caudal con usura e interés lo acumula para el que se apiada de los pobres.
'As dice Yahveh Sebaot: juzgad con juicio verdadero, y tenga cada cual amor y compasión hacia su hermano.
¿No deb as también tú tener compasión de tu compa ero, como yo la tuve de ti?'.
Pero un samaritano que iba de camino llegó hasta él y, al verlo, se compadeció,
Al d a siguiente tocamos tierra en Sidón; Julio se portó amablemente con Pablo y le permitió visitar a sus amigos y recibir sus atenciones.
Hab a en las proximidades de aquel lugar una finca, propiedad del principal de la isla, llamado Publio, el cual nos recibió y nos hospedó amablemente por tres d as.
Uno era el corazón y una el alma de la muchedumbre de los que hab an cre do, y nadie consideraba propio nada de lo que pose a, sino que todo lo ten an en común.
Amaos cordialmente los unos a los otros con el cálido afecto de hermanos. En cuanto a la deferencia, tened por más dignos a los demás.
Y que Dios, fuente de constancia y de consuelo, os conceda tener entre vosotros un mismo sentir, de acuerdo con Cristo Jesús,
Os ruego, hermanos, en el nombre de nuestro Se or Jesucristo que tengáis todos concordia y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis unidos en el mismo pensamiento y en el mismo parecer.
Y as, si un miembro sufre, todos los demás padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los demás participan de su honor.
con toda humildad y mansedumbre, con comprensión, soportándoos unos a otros con amor,
Desaparezca de entre vosotros toda amargura, animosidad, ira, gritos, insultos y toda clase de maldad.
Sed, por el contrario, amables y compasivos unos con otros y perdonaos mutuamente, como Dios os perdonó en Cristo.
Nada hagáis por rivalidad ni por vanagloria, sino más bien con humildad. Que cada cual considere que los otros le son superiores
En todo caso, partiendo del punto adonde hayamos llegado, sigamos caminando en la misma dirección.
Revest os, pues, como escogidos de Dios, pueblo santo y amado, de entra able misericordia, de bondad, de humildad, de comprensión, de paciencia,
Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.
Mas la sabidur a de arriba es, ante todo, pura; luego, pac fica, moderada, indulgente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera.
Mirad cómo proclamamos dichosos a los que fueron constantes. Habéis o do hablar de la paciencia de Job y habéis visto el final que le dio el Se or, porque el Se or es compasivo y misericordioso.
Una vez ya purificados con la sumisión a la verdad ordenada a un sincero amor fraterno, amaos de corazón y con sinceridad unos a otros.
De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presb teros. Revest os todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.
Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en la muerte.