Deberéis procuraros una res sin defecto, macho, de un a o; lo escogeréis de entre las ovejas o de entre las cabras.
1 Pedro 1:19 - Biblia Castilian 2003 sino con sangre preciosa, como de cordero sin defecto ni tara, la de Cristo, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, Biblia Nueva Traducción Viviente sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. Biblia Católica (Latinoamericana) sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto. La Biblia Textual 3a Edicion sino con la sangre preciosa del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin defecto, Biblia Serafín de Ausejo 1975 sino con sangre preciosa, como de cordero sin defecto ni tara, la de Cristo, Biblia Reina Valera Gómez (2023) sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación; |
Deberéis procuraros una res sin defecto, macho, de un a o; lo escogeréis de entre las ovejas o de entre las cabras.
Disipé como niebla tus culpas, como un nublado tus pecados. Vuelve a m, que te he redimido.
Era maltratado, y él se humillaba y no abr a la boca, como cordero llevado al matadero y como oveja muda ante sus esquiladores. Él no abr a la boca.
Setenta semanas están decretadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la eterna justicia, para sellar la visión y al profeta, para ungir al santo de los santos.
Si la ofrenda para el holocausto es de ganado menor, cordero o cabrito, ofrecerá un macho sin defecto.
Álzate, espada, contra mi pastor contra mi ayudante - oráculo de Yahveh Sebaot -. Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas: volveré mi mano contra los zagales.
de la misma manera que el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos'.
porque esto es mi sangre, la de la alianza, que va a ser derramada por todos, para perdón de los pecados.
Al d a siguiente, Juan ve a Jesús que viene hacia él, y entonces dice: 'Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.
Y fijando la vista en Jesús, que pasaba, dice: 'Éste es el Cordero de Dios'.
Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Esp ritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.
al que Dios públicamente presentó como medio de expiación por su propia sangre, mediante la fe, a fin de mostrar su justicia al pasar por alto los pecados cometidos anteriormente,
En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia,
santificados por el Esp ritu, según el previo designio de Dios Padre, para recibir el mensaje de Jesucristo y la aspersión de su sangre: que abunden en vosotros la gracia y la paz.
Porque también Cristo murió de una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a Dios. Entregado a la muerte según la carne, fue vivificado según el esp ritu,
Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros; y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
Él es sacrificio de purificación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
y de parte de Jesucristo, el testigo fidedigno, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y al que nos libró de nuestros pecados con su sangre
Miré y apareció el Cordero, de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que ten an su nombre y el nombre de su Padre escrito en la frente.
Y vi en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero en pie, como degollado. Ten a siete cuernos y siete ojos, que son los siete esp ritus de Dios que recorren toda la tierra.
Y cantan un cántico nuevo, diciendo: 'Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y rescataste para Dios con tu sangre a hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.
Yo le respond: 'Se or m o, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Éstos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero.