La mano de Yahveh se posó sobre El as, quien se ci ó la cintura y fue corriendo delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.
1 Pedro 1:13 - Biblia Castilian 2003 Por tanto, con ánimo dispuesto y vigilante, poned toda vuestra esperanza en la gracia que os llegará cuando Jesucristo se manifieste. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; Biblia Nueva Traducción Viviente Así que preparen su mente para actuar y ejerciten el control propio. Pongan toda su esperanza en la salvación inmerecida que recibirán cuando Jesucristo sea revelado al mundo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por tanto, tengan listo su espíritu y estén alerta, poniendo toda su esperanza en esta gracia que será para ustedes la venida gloriosa de Cristo Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual, habiendo ceñido los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y tened vuestra esperanza puesta por completo en la gracia° que os será traída en la revelación de Jesús el Mesías; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por tanto, con ánimo dispuesto y vigilante, poned toda vuestra esperanza en la gracia que os llegará cuando Jesucristo se manifieste. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, esperad por completo en la gracia que se os traerá en la manifestación de Jesucristo. |
La mano de Yahveh se posó sobre El as, quien se ci ó la cintura y fue corriendo delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.
Él dijo a Guejaz: 'C ete la cintura, toma en tus manos mi bastón y vete. Si encuentras a alguno, no lo saludes, y si te saluda, no le respondas. Pon mi bastón sobre el rostro del ni o'.
De este modo lo comeréis: con la cintura ce ida, las sandalias en los pies, y el cayado en la mano. Lo comeréis de prisa. Es la Pascua de Yahveh.
Será la justicia ce idor de su cintura y la fidelidad ce idor de sus caderas.
As pues, c ete la cintura, levántate y diles todo lo que te mando. No tengas miedo ante ellos, no sea que yo te haga temerlos.
les dijo igualmente: 'Id también vosotros a mi vi a y os daré lo que sea justo'.
¿No le dirá más bien: 'Prepárame de cenar, y disponte a servirme hasta que yo coma y beba; que luego comerás y beberás tú?'.
Como en pleno d a, caminemos con decencia: no en org as ni borracheras; no en fornicaciones ni lujurias; no en discordias ni envidias.
Porque la creación, en anhelante espera, aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
As, pues, no carecéis de ningún don vosotros, los que esperáis la manifestación de nuestro Se or Jesucristo;
Ahora quedan fe, esperanza, amor: estos tres. Pero el mayor de ellos es el amor.
Poneos en pie, ce ida la cintura con la verdad y colocada la coraza de la justicia;
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados juntamente con él, en gloria.
mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Se or Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,
Pero tú conserva en todo la serenidad, soporta las contrariedades, cumple la tarea de evangelista, lleva a cabo tu servicio.
Y ahora está ya preparada para m la corona de justicia, con la que me retribuirá en aquel d a el Se or, el juez justo; y no sólo a m, sino también a todos los que hayan mirado con amor su venida.
No perdáis, pues, vuestra segura confianza, ya que ésta lleva consigo una gran recompensa.
Cristo, por el contrario, en su calidad de Hijo, está al frente de su propia casa: casa que somos nosotros, con tal de que mantengamos [firme hasta el final] la confianza y la gozosa satisfacción de la esperanza.
Como a un ancla firme y segura de nuestra vida nos asimos a esta esperanza, que va penetrando hasta detrás del velo,
as también Cristo, ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, se aparecerá, la segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que a él aguardan, para darles la salvación.
Acerca de esta salvación indagaron y escrudi aron los profetas que predicaron la gracia a vosotros destinada.
Antes bien, en vuestro corazón, tened por santo al Se or, a Cristo, siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razón de vuestra esperanza;
Os he escrito esta breve carta por medio de Silvano, a quien considero vuestro fiel hermano, para animaros y para testificar que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
Sed sobrios, velad. Vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar.