de Edom, Moab y Amón, de los filisteos y amalecitas, y asimismo del bot n de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá.
1 Crónicas 4:43 - Biblia Castilian 2003 derrotaron a los restos que hab an quedado de los amalecitas y se establecieron all hasta el d a de hoy. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y destruyeron a los que habían quedado de Amalec, y habitaron allí hasta hoy. Biblia Nueva Traducción Viviente Aniquilaron a los pocos amalecitas que habían sobrevivido y viven allí desde entonces. Biblia Católica (Latinoamericana) derrotaron a los restos de Amalec, que habían escapado, y habitaron allí hasta el día de hoy. La Biblia Textual 3a Edicion y destruyeron a los que habían quedado de Amalec, y habitaron allí hasta hoy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 derrotaron a los restos que habían quedado de los amalecitas y se establecieron allí hasta el día de hoy. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y derrotaron a los que habían quedado de Amalec, y habitaron allí hasta hoy. |
de Edom, Moab y Amón, de los filisteos y amalecitas, y asimismo del bot n de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá.
Los varales eran tan largos que sus extremos se ve an desde el punto del lugar santo que está delante del debir, pero no desde más lejos. All han quedado hasta el d a de hoy.
Por eso se volcó mi furor y mi ira y abrasó las ciudades de Judá y las calles de Jerusalén, que se han convertido en ruina y desolación, como sucede hoy'.
Ellos aceptaron el dinero y procedieron de acuerdo con estas instrucciones. Y ésta es la versión que corre entre los jud os hasta [el d a de] hoy.
Fue sepultado en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet Peor, y nadie hasta hoy sabe dónde está su tumba.
Se encaminó aquel hombre al pa s de los hititas, donde edificó una ciudad a la que impuso el nombre de Luz. Es el nombre que tiene hasta el d a de hoy.
Los guió, y hallaron a los amalecitas diseminados por todo el campo, comiendo, bebiendo y celebrando fiesta por el gran bot n que hab an capturado en tierra de los filisteos y de Judá.
David los batió desde el alba hasta el atardecer de aquel d a. Ninguno de ellos se salvó, a excepción de cuatrocientos jóvenes, que montaron en camellos y huyeron.