Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.
1 Crónicas 21:7 - Biblia Castilian 2003 Dios vio con malos ojos este censo y castigó a Israel. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Asimismo esto desagradó a Dios, e hirió a Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios se disgustó mucho por el censo y castigó a Israel por haberlo levantado. Biblia Católica (Latinoamericana) Esto desagradó a Yavé, por lo cual castigó a Israel. La Biblia Textual 3a Edicion También esto desagradó a Ha-’Elohim, e hirió a Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dios vio con malos ojos este censo y castigó a Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esto desagradó a Dios, e hirió a Israel. |
Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.
Pero si él me dice: 'No me complazco en ti', entonces aqu estoy para que haga conmigo lo que bien le parezca'.
Hubo en tiempos del rey David un hambre que duró tres a os consecutivos. Consultó entonces David a Yahveh y Yahveh le respondió: 'Hay sangre sobre Saúl y sobre su familia, por haber dado él muerte a los gabaonitas'.
Y enterraron los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán, junto con los de aquellos que hab an sido ajusticiados, en la tierra de Benjam n, en Selá, en la tumba de Quis, padre de Saúl, cumpliendo as todo lo dispuesto por el rey. Después de esto Dios se aplacó con el pa s.
Volvió a encenderse la cólera de Yahveh contra Israel y por eso instigó a David contra ellos, ordenándole: 'Disponte a hacer el censo de Israel y de Judá'.
Pero a David le remord a el corazón por haber hecho el censo del pueblo y dijo a Yahveh: 'He cometido un gran pecado en lo que he hecho. Perdona, pues, ahora, oh Yahveh, la falta de tu siervo, porque he obrado muy neciamente'.
puesto que David hab a hecho lo recto ante los ojos de Yahveh, sin apartarse de ninguno de sus preceptos durante toda su vida, excepto en el caso de Urias, el hitita.
Mandó entonces Yahveh la peste a Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel.
Pero no empadronó a Lev ni a Benjam n, porque a Joab le desagradaba la orden del rey.
Dijo entonces David a Dios: 'He cometido un gran pecado por haber hecho este censo. Ahora perdona la iniquidad de tu siervo, pues he obrado muy neciamente'.
Pero los israelitas fueron infieles en lo tocante al anatema. Porque Acán, hijo de Carm, hijo de Zabd, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, se guardó para s algo de lo entregado al anatema y la ira de Yahveh se encendió contra los israelitas.
Levántate, pues, purifica al pueblo y diles: 'Purificaos para ma ana, porque as habla Yahveh, el Dios de Israel: hay anatema en medio de Israel y no podrás hacer frente a tus enemigos hasta que apartéis de vosotros el anatema.
Los hombres de Ay les mataron unos treinta y seis hombres: los persiguieron desde delante de la puerta hasta Sebar n y los batieron en la bajada. Desmayó el corazón del pueblo y se quedó convertido en agua.