ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.
1 Corintios 9:14 - Biblia Castilian 2003 De la misma manera, el Se or dispuso que quienes anuncian el evangelio, del evangelio vivan. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Biblia Nueva Traducción Viviente Del mismo modo, el Señor ordenó que los que predican la Buena Noticia sean sostenidos por los que reciben el beneficio del mensaje. Biblia Católica (Latinoamericana) El Señor ha ordenado, de igual manera, que los que anuncian el Evangelio vivan del Evangelio. La Biblia Textual 3a Edicion Así también ordenó el Señor a los que proclaman el evangelio, que vivan del evangelio.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 De la misma manera, el Señor dispuso que quienes anuncian el evangelio, del evangelio vivan. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así también ordenó el Señor que los que predican el evangelio, vivan del evangelio. |
ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.
Permaneced, pues, en aquella casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan; porque el obrero tiene derecho a su salario. Y no os mudéis de una casa a otra.
y, como eran de la misma profesión, viv a con ellos y juntos trabajaban. Eran fabricantes de tiendas de campa a.
Pues aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, padres no tenéis muchos: porque yo os engendré en Cristo Jesús por el Evangelio.
Si nosotros hemos sembrado para vosotros bienes espirituales, ¿qué tiene de extra o que recojamos vuestros bienes materiales?
Si otros ejercen sobre vosotros este derecho, ¿con cuánta más razón nosotros? Sin embargo, no hemos usado de este derecho, sino que lo sobrellevamos todo para no poner tropiezo alguno al evangelio de Cristo.
Pues anunciar el evangelio no es para m motivo de gloria; es un deber que me incumbre. ¡Y ay de m, si no anuncio el evangelio!
Cuando llegué a Tróade para anunciar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió una puerta en el Se or,
El que recibe la ense anza de la palabra haga part cipe de todos sus bienes al que le ense a.
porque nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo con palabras, sino, además, con poder, con el Esp ritu Santo y con profunda convicción. Como muy bien sabéis, ésa fue nuestra actuación entre vosotros, para bien vuestro.