Daniel decidió en su interior no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino de su mesa, y por eso pidió al jefe de los eunucos que le dispensara de la contaminación.
1 Corintios 7:37 - Biblia Castilian 2003 Por el contrario, si uno está firme en su corazón y con entera libertad y con dominio de su voluntad ha resuelto en su interior respetar a su compa era, hará bien. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero si ha decidido con toda firmeza no casarse y no hay urgencia y puede controlar sus pasiones, hace bien en no casarse. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero puede ser que otro se mantenga firme y decida con toda libertad y con mucha lucidez que su novia se conserve virgen. Este obra mejor. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, y es dueño de su propia voluntad, y ha decidido en su corazón guardar la suya virgen,° bien hará. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por el contrario, si uno está firme en su corazón y con entera libertad y con dominio de su voluntad ha resuelto en su interior respetar a su compañera, hará bien. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene potestad sobre su propia voluntad, y determinó en su corazón el conservarla virgen, bien hace. |
Daniel decidió en su interior no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino de su mesa, y por eso pidió al jefe de los eunucos que le dispensara de la contaminación.
Acerca de lo que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
Pero si alguno, si está ya en la flor de su edad, piensa que no procede con el decoro debido con su compa era, y es conveniente enfrentarse a la realidad, haga lo que quiere; no peca: cásense.
De modo que el que se casa con su compa era hace bien; y el que no se casa, hará todav a mejor.
Cada uno dé lo que su corazón le dicte, no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegr a.
apacentad el reba o de Dios que está entre vosotros, vigilando, no obligados por la fuerza, sino de buen grado, según Dios; y no por sórdida ganancia, sino con generosidad;