Cuando, después que se hubo unido a Betsabé, vino a su encuentro el profeta Natán.
1 Corintios 6:11 - Biblia Castilian 2003 Y esto erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis consagrados a Dios pero fuisteis justificados en el nombre del Se or Jesucristo y en el Esp ritu de nuestro Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Algunos de ustedes antes eran así; pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Y esto erais algunos, pero os lavasteis, pero fuisteis apartados para Dios, pero fuisteis declarados justos en el nombre del Señor Jesús, el Mesías° por el Espíritu de nuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y esto erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis consagrados a Dios pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esto erais algunos de vosotros; mas ya sois lavados, ya sois santificados, ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. |
Cuando, después que se hubo unido a Betsabé, vino a su encuentro el profeta Natán.
lavaos, purificaos, apartad vuestras malas acciones de delante de mis ojos; cesad de obrar el mal,
Libre de los trabajos de su alma, verá la luz, y se saciará de conocimiento. Como justo, mi siervo justificará a muchos, y sus iniquidades él mismo se las cargará.
Limpia tu corazón de la maldad, Jerusalén, para que puedas salvarte. ¿Hasta cuándo se albergarán en tu interior tus malos pensamientos?
'Os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; os limpiaré de todas vuestras manchas y de todos vuestros dolos.
Pero si, al entrar, el sacerdote ve que la mancha no se ha extendido por la casa después de haberla encalado de nuevo, la declarará pura, pues la lepra se ha curado.
Entonces mandó Moisés que se acercaran Aarón y sus hijos y los lavó con agua.
les dijo igualmente: 'Id también vosotros a mi vi a y os daré lo que sea justo'.
Os digo que éste descendió a su casa justificado, y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado'.
D cele Jesús: 'El que ya se ha ba ado no necesita lavarse [más que los pies], porque está limpio todo él. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos'.
D cele Pedro: 'No me lavarás los pies jamás'. Jesús le contestó: 'Si no te lavo, no tendrás parte conmigo'.
Y ahora, ¿qué esperas? Anda, baut zate y l mpiate de tus pecados invocando su nombre'.
a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en m '.
Pero, por gracia suya, quedan justificados en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,
Por el contrario, al que no realiza trabajo alguno, pero tiene fe en aquel que justifica al imp o, esta fe suya se le toma en cuenta como justicia.
As, pues, habiendo sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Se or Jesucristo,
Con mucha más razón, por consiguiente, ahora que por su sangre hemos sido justificados, seremos salvados de la ira gracias a su mediación.
Y a los que de antemano destinó, también los llamó, y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, a los llamados a ser santos junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Se or Jesucristo, Se or de ellos y nuestro:
De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.
Sabéis que cuando erais paganos os dejábais arrastrar hacia los dolos mudos, desviándoos del recto camino.
Pero sabiendo que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos cre do en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado.
Porque es evidente que por la ley nadie es justificado ante Dios, ya que el justo por la fe vivirá;
As, pues, la ley nos sirvió de ayo hasta llevarnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe.
Y la Escritura, previendo que Dios justificar a a los gentiles por fe, anunció de antemano a Abrahán: En ti serán bendecidos todos los linajes de la tierra.
En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Se or. Andad, pues, como hijos de luz
Nosotros, en cambio, debemos dar constantemente gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Se or, porque Dios os ha escogido como primicias para la salvación por la santificación del Esp ritu y por la fe en la verdad.
Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.
¿de cuánto más duro castigo pensáis que será reo el que ha pisoteado al Hijo de Dios, ha tenido por impura la sangre de la alianza con la que fue consagrado y ha ultrajado al Esp ritu de la gracia?
Además, tanto el que consagra como los consagrados proceden todos del mismo origen, y por esto precisamente no se avergüenza de llamarlos hermanos
santificados por el Esp ritu, según el previo designio de Dios Padre, para recibir el mensaje de Jesucristo y la aspersión de su sangre: que abunden en vosotros la gracia y la paz.
Una vez ya purificados con la sumisión a la verdad ordenada a un sincero amor fraterno, amaos de corazón y con sinceridad unos a otros.
Con ella se simboliza el bautismo que ahora os salva y que no consiste en quitar una impureza corporal sino en pedir a Dios una conciencia buena, todo ello por la resurrección de Jesucristo
Os escribo, hijitos, porque por su nombre se os han perdonado los pecados.
y de parte de Jesucristo, el testigo fidedigno, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y al que nos libró de nuestros pecados con su sangre
Yo le respond: 'Se or m o, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Éstos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero.