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1 Corintios 3:6 - Biblia Castilian 2003

Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Yo planté,° Apolos regó,° pero el crecimiento lo da Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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Lòt tradiksyon



1 Corintios 3:6
29 Referans Kwoze  

Canto gradual. De Salomón. Si no fuera el Se or quien construye la casa, inútilmente se afanan los canteros; si no fuera el Se or quien custodia la ciudad, inútilmente vigilan los guardianes.


No confiéis en la extorsión ni os preciéis de lo robado; en acrecer riquezas no pongáis el corazón.


Confiad, pueblos, en él en todo tiempo, abrid el corazón en su presencia: Dios es nuestro refugio. Selah


El que es generoso será saciado, el que sabe dar recibirá.


Que como la tierra produce sus brotes, y como el jard n germina sus semillas, as el Se or Yahveh hará germinar la justicia y la alabanza delante de todas las naciones.


Al o r esto, se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: 'Según esto, Dios ha dado también a los gentiles la conversión que conduce a la vida''.


Llegados y congregada la iglesia, refirieron lo que Dios hab a hecho con ellos y cómo hab a abierto a los gentiles la puerta de la fe.


Una de ellas, por nombre Lidia, traficante en púrpuras, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, nos escuchaba atentamente y el Se or le abrió el corazón para aceptar lo que Pablo dec a.


Llegó a Éfeso un jud o, por nombre Apolo, alejandrino de origen, hombre elocuente y versado en las Escrituras.


Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones altas, llegó a Éfeso y encontró algunos disc pulos,


Tras los saludos, les fue exponiendo una por una las cosas que Dios hab a obrado entre los gentiles por su ministerio.


Pues no me atrever a a hablar de nada, fuera de lo que Cristo, para obtener la obediencia de los gentiles, ha realizado, valiéndose de m, de palabra y de hecho,


Me refiero a que cada uno de vosotros dice: 'Yo soy de Pablo'; 'Yo de Apolo'; 'Yo de Cefas'; 'Yo de Cristo'.


De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.


Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro: todo es vuestro.


Y as lo que cuenta no es el que planta ni el que riega, sino el que produce el crecimiento: Dios.


¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Se or? Vosotros mismos, ¿no sois mi obra en el Se or?


para que Cristo habite, mediante la fe, en vuestro corazón y para que, arraigados y cimentados en el amor,


porque nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo con palabras, sino, además, con poder, con el Esp ritu Santo y con profunda convicción. Como muy bien sabéis, ésa fue nuestra actuación entre vosotros, para bien vuestro.