Canto gradual. De Salomón. Si no fuera el Se or quien construye la casa, inútilmente se afanan los canteros; si no fuera el Se or quien custodia la ciudad, inútilmente vigilan los guardianes.
1 Corintios 3:6 - Biblia Castilian 2003 Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Yo planté,° Apolos regó,° pero el crecimiento lo da Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. |
Canto gradual. De Salomón. Si no fuera el Se or quien construye la casa, inútilmente se afanan los canteros; si no fuera el Se or quien custodia la ciudad, inútilmente vigilan los guardianes.
No confiéis en la extorsión ni os preciéis de lo robado; en acrecer riquezas no pongáis el corazón.
Confiad, pueblos, en él en todo tiempo, abrid el corazón en su presencia: Dios es nuestro refugio. Selah
Que como la tierra produce sus brotes, y como el jard n germina sus semillas, as el Se or Yahveh hará germinar la justicia y la alabanza delante de todas las naciones.
Al o r esto, se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: 'Según esto, Dios ha dado también a los gentiles la conversión que conduce a la vida''.
Llegados y congregada la iglesia, refirieron lo que Dios hab a hecho con ellos y cómo hab a abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Una de ellas, por nombre Lidia, traficante en púrpuras, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, nos escuchaba atentamente y el Se or le abrió el corazón para aceptar lo que Pablo dec a.
Llegó a Éfeso un jud o, por nombre Apolo, alejandrino de origen, hombre elocuente y versado en las Escrituras.
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones altas, llegó a Éfeso y encontró algunos disc pulos,
Tras los saludos, les fue exponiendo una por una las cosas que Dios hab a obrado entre los gentiles por su ministerio.
Pues no me atrever a a hablar de nada, fuera de lo que Cristo, para obtener la obediencia de los gentiles, ha realizado, valiéndose de m, de palabra y de hecho,
Me refiero a que cada uno de vosotros dice: 'Yo soy de Pablo'; 'Yo de Apolo'; 'Yo de Cefas'; 'Yo de Cristo'.
De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.
Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro: todo es vuestro.
Y as lo que cuenta no es el que planta ni el que riega, sino el que produce el crecimiento: Dios.
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Se or? Vosotros mismos, ¿no sois mi obra en el Se or?
para que Cristo habite, mediante la fe, en vuestro corazón y para que, arraigados y cimentados en el amor,
porque nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo con palabras, sino, además, con poder, con el Esp ritu Santo y con profunda convicción. Como muy bien sabéis, ésa fue nuestra actuación entre vosotros, para bien vuestro.