En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Se or del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
1 Corintios 2:8 - Biblia Castilian 2003 la que ninguno de los dirigentes de este mundo ha conocido. Porque si la hubieran conocido, no habr an crucificado al Se or de la gloria. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron; si lo hubieran hecho, no habrían crucificado a nuestro glorioso Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Esta sabiduría no fue conocida por ninguna de las cabezas de este mundo, pues de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la Gloria. La Biblia Textual 3a Edicion la cual ninguno de los gobernantes de este mundo conoció, porque si la hubieran conocido,° nunca habrían crucificado° al Señor de gloria.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 la que ninguno de los dirigentes de este mundo ha conocido. Porque si la hubieran conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria. Biblia Reina Valera Gómez (2023) la que ninguno de los príncipes de este mundo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria. |
En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Se or del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
Lo sembrado entre zarzas figura al que oye la palabra; pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y no da fruto.
Jesús dec a: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen'. Luego se repartieron sus vestidos echando suertes.
Le preguntan entonces: '¿Dónde está tu Padre?'. Jesús contestó: 'Ni a m me conocéis ni a mi Padre; si a m me conocierais, conocer ais también a mi Padre'.
Porque los habitantes de Jerusalén y sus jefes, al condenarlo, cumplieron, sin saberlo, las palabras de los profetas que se leen cada sábado;
Él respondió: 'Hermanos y padres, o d: el Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán, cuando estaba en Mesopotamia, antes de que fijara su residencia en Jarrán,
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el letrado? ¿Dónde el filósofo de las cosas de este mundo? ¿No convirtió Dios en necedad la sabidur a del mundo?
Es verdad que para los ya formados usamos un lenguaje de sabidur a. Pero no de una sabidur a de este mundo ni de las fuerzas rectoras de este mundo que están en v as de perecer;
Pero se les embotó la inteligencia. Porque hasta el d a de hoy, en la lectura del Antiguo Testamento, sigue sin descorrerse el mismo velo, porque éste sólo en Cristo queda destruido.
para que el Dios de nuestro Se or Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé esp ritu de sabidur a y de revelación en el pleno conocimiento de él;
que están entenebrecidos en su pensamiento, ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia que hay en ellos, derivada del endurecimiento de su corazón;
a m, que antes fui blasfemo, perseguidor y ultrajador. Sin embargo, fui tratado con misericordia, porque actué con ignorancia, cuando aún no ten a fe;
Hermanos m os, no impliquéis la fe de nuestro Se or Jesucristo glorioso en favoritismos personales.