Judá le contestó: 'Aquel hombre nos advirtió categóricamente: 'No os admitiré en mi presencia si vuestro hermano no viene con vosotros'.
1 Corintios 15:31 - Biblia Castilian 2003 Tan cierto como que sois mi orgullo en Cristo Jesús, nuestro Se or, os aseguro, hermanos, que cada d a me estoy muriendo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues juro, amados hermanos, que todos los días enfrento la muerte. Esto es tan cierto como el orgullo que siento por lo que Cristo Jesús nuestro Señor ha hecho en ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Sí, hermanos, porque todos los días estoy muriendo, se lo juro por ustedes mismos que son mi gloria en Cristo Jesús nuestro Señor. La Biblia Textual 3a Edicion Por la gloria que tengo de vosotros° en Jesús el Mesías, Señor nuestro, cada día muero.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tan cierto como que sois mi orgullo en Cristo Jesús, nuestro Señor, os aseguro, hermanos, que cada día me estoy muriendo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Os aseguro por la gloria que de vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día muero. |
Judá le contestó: 'Aquel hombre nos advirtió categóricamente: 'No os admitiré en mi presencia si vuestro hermano no viene con vosotros'.
Pues yo, con tiempo e insistentemente, amonesté a vuestros padres, desde el d a en que los saqué del pa s de Egipto hasta hoy, en estos términos: escuchad mi voz'.
fuera de que el Esp ritu Santo en cada ciudad me va asegurando que me aguardan prisiones y tribulaciones.
Conforme está escrito: Por tu causa somos entregados a la muerte todo el d a, se nos toma como reses de matadero.
Mi orgullo se basa en el testimonio de nuestra conciencia de que hemos actuado en el mundo, y especialmente con vosotros, con la simplicidad y honradez de Dios, [y] no con sabidur a carnal, sino con la gracia de Dios.
¿Son servidores de Cristo? Lo diré como quien delira: ¡mucho más lo soy yo! Más en trabajos, más en cárceles, much simo más en palizas; y, frecuentemente, en peligros de muerte.
Pero gracias sean dadas a Dios, que, en Cristo, nos lleva siempre en su triunfo y que por medio de nosotros difunde por doquier la fragancia de su conocimiento.
Pues la verdadera circuncisión somos nosotros, los que practicamos el culto según el Esp ritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne,
Porque, ¿cuál es nuestra esperanza o alegr a o corona de gloria de que sentirnos orgullosos ante nuestro Se or Jesús en su parus a, sino vosotros mismos? S, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegr a.
¿Qué acción de gracias podemos dar a Dios a cambio de toda esa alegr a que experimentamos por vosotros ante nuestro Dios?
Sin embargo, atiende su petición; pero adviérteles claramente y hazles saber cuáles serán los derechos del rey que va a reinar sobre ellos'.