Judá y sus hermanos entraron en la casa de José, quien segu a all todav a, y se postraron en tierra ante él.
1 Corintios 14:25 - Biblia Castilian 2003 se descubrirán los sentimientos ocultos de su corazón y entonces, postrándose, adorará a Dios, exclamando: 'Verdaderamente está Dios entre vosotros'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Al escuchar, sus pensamientos secretos quedarán al descubierto y caerán de rodillas y adorarán a Dios declarando: «En verdad, Dios está aquí entre ustedes». Biblia Católica (Latinoamericana) Este, al ver descubiertos sus secretos más íntimos, caerá de rodillas, adorará a Dios y proclamará: Dios está realmente entre ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion lo oculto de su corazón se hace manifiesto, y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, reconociendo que Dios está verdaderamente entre vosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 se descubrirán los sentimientos ocultos de su corazón y entonces, postrándose, adorará a Dios, exclamando: 'Verdaderamente está Dios entre vosotros'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y de esta manera los secretos de su corazón se hacen manifiestos; y así, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está en vosotros. |
Judá y sus hermanos entraron en la casa de José, quien segu a all todav a, y se postraron en tierra ante él.
As dice Yahveh: 'Las ganancias de Egipto y el tráfico de Cus, y los sabeos, de alta estatura, a ti pasarán y serán tuyos; en pos de ti irán, con cadenas pasarán, ante ti se postrarán y te suplicarán: 'Sólo en ti hay Dios y nadie más, ningún dios''.
Caminarán hacia ti encorvados los hijos de tus opresores, se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, y te llamarán ciudad de Yahveh, Sión del Santo de Israel.
Y tomando la palabra, le dijo a Daniel: 'Verdaderamente, vuestro Dios es el Dios de los dioses, el Se or de los reyes y el revelador de los misterios, ya que tú has sido capaz de revelar este misterio'.
'As dice Yahveh Sebaot: sucederá en aquellos d as que diez hombres de diferentes lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un jud o, diciéndole: 'Queremos ir con vosotros, pues hemos o do que Dios está con vosotros'.'
y se postró ante los pies de Jesús, para darle las gracias. Precisamente éste era samaritano.
Cuando Simón Pedro vio esto se echó a los pies de Jesús, diciéndole: 'Apártate de m, Se or, que soy hombre pecador'.
Cuando vio a Jesús, se echó a sus pies y dijo a grandes gritos: '¿Qué tienes tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Alt simo? Por favor, te ruego que no me atormentes'.
Viendo la entereza de Pedro y de Juan, y habiendo comprobado que eran hombres iletrados y del vulgo, se maravillaban. Reconoc an que eran compa eros de Jesús.
Luego me postré ante Yahveh y, como antes, no com pan ni beb agua durante cuarenta d as y cuarenta noches, por todos los pecados que hab ais cometido al hacer el mal a los ojos de Yahveh hasta provocar su irritación.
Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dec an: '¡Amén! ¡Aleluya!'.
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.
Y Samuel respondió a Saúl: 'Yo soy el vidente. Sube delante de m al alto. Hoy comeréis conmigo. Ma ana temprano te despediré, después de haberte revelado todo lo que hay en tu corazón.