Yahveh abomina la conducta del malvado; pero ama al que va tras la justicia.
1 Corintios 14:1 - Biblia Castilian 2003 Procurad conseguir el amor; pero aspirad también a los dones del Esp ritu, sobre todo al de profec a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Que el amor sea su meta más alta! Pero también deberían desear las capacidades especiales que da el Espíritu, sobre todo la capacidad de profetizar. Biblia Católica (Latinoamericana) Busquen el amor y aspiren a los dones espirituales, especialmente al don de profecía. La Biblia Textual 3a Edicion Seguid° el amor y procurad los dones° espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Procurad conseguir el amor; pero aspirad también a los dones del Espíritu, sobre todo al de profecía. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Seguid la caridad; y desead los dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis. |
Yahveh abomina la conducta del malvado; pero ama al que va tras la justicia.
Escuchadme vosotros, los que vais tras la justicia, los que buscáis a Yahveh. Mirad la roca de la que fuisteis cortados, la boca de la mina de la que fuisteis extra dos.
Y teniendo como tenemos dones que difieren según la gracia que nos ha sido otorgada, si uno tiene el don de hablar en nombre de Dios, ejerc telo de acuerdo con la fe;
Dediquémonos, por consiguiente, a lo que fomenta la paz y favorece la edificación común.
¿Qué diremos, pues? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han hallado justicia - pero una justicia que viene de la fe -;
Acerca de los dones del Esp ritu, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia.
¡Aspirad a los dones superiores! Os voy a mostrar un camino todav a mucho más excelente.
Ahora quedan fe, esperanza, amor: estos tres. Pero el mayor de ellos es el amor.
Y si tengo el don de profec a y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover monta as, pero no tengo amor, nada soy.
Por lo tanto, el don de lenguas es un signo no para los creyentes, sino para los infieles; mientras que la profec a lo es no para los infieles, sino para los creyentes.
Si alguno cree ser profeta o estar inspirado, reconozca que lo que escribo es una orden del Se or;
As que, hermanos, aspirad a la profec a y no impidáis el hablar en lenguas.
Bendito Dios, Padre de nuestro Se or Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en el cielo, en Cristo,
No dejes de cuidar el don que hay en ti y que, mediante intervención profética, se te confirió con la imposición de las manos del presbiterio.
que dé pruebas de su buena conducta, o sea, haber educado a los hijos, haber dado hospitalidad, haber lavado los pies a los fieles, haber asistido a los atribulados, haberse ejercitado en toda suerte de buenas obras.
Pero tú, que eres hombre de Dios, huye de estas cosas; corre en busca de la honradez, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la mansedumbre.
Huye de las ambiciones juveniles. Practica la justicia, la fidelidad, el amor, la paz con los que invocan al Se or con corazón puro.
Buscad la paz con todos, as como la santificación, sin la cual nadie podrá ver al Se or.
Querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. El que obra el bien, es de Dios. El que obra el mal, no ha visto a Dios.
Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos, y al entrar en la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del lugar alto, precedidos de arpas, tambores, flautas y c taras y arrebatados de entusiasmo profético.