Él les respondió: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos, no.
1 Corintios 13:2 - Biblia Castilian 2003 Y si tengo el don de profec a y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover monta as, pero no tengo amor, nada soy. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Biblia Nueva Traducción Viviente Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Biblia Católica (Latinoamericana) Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. La Biblia Textual 3a Edicion Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda la ciencia,° y si tuviera toda la fe, de tal manera que removiera montañas,° y no tuviera amor, nada soy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y si tengo el don de profecía y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover montañas, pero no tengo amor, nada soy. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy. |
Él les respondió: 'A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos, no.
Él les contesta: 'Por vuestra poca fe. Porque os aseguro que, si tuvierais una fe del tama o de un granito de mostaza, dir ais a este monte: 'Trasládate de aqu a allá', y se trasladar a; y nada os ser a imposible'.
Y al ver junto al camino una higuera, se acercó a ella; pero no encontró más que hojas. Entonces le dice: '¡Nunca jamás brote de ti fruto alguno!'. Y al punto se secó la higuera.
Jesús les contestó: 'Os aseguro que, si tenéis fe y no titubeáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que, si dec s a este monte: 'Qu tate de ah y échate al mar', as se hará.
Hab a en la Iglesia de Antioqu a profetas y maestros: Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio el de Cirene, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.
No quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mismos, que ignoréis este misterio: que el endurecimiento parcial de Israel se prolongará hasta que entre la totalidad de los gentiles.
Con respecto a vosotros, yo estoy, hermanos m os, personalmente convencido de que también vosotros estáis llenos de buenas disposiciones, henchidos de toda clase de conocimiento y capacitados para exhortaros unos a otros.
Al que puede afianzaros en el evangelio que anuncio y en la proclamación de Jesucristo, según la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos,
Todo varón que ora o habla en nombre de Dios con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza.
Y Dios pues en la iglesia: en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; después, los que poseen poder de hacer milagros, los que tienen don de curar, de asistir, de gobernar, de hablar diversas lenguas.
Si hablo las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, soy como bronce que suena o como c mbalo que reti e.
Y si doy en limosnas todo lo que tengo, y entrego mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me sirve.
El amor nunca pasa. Si se trata del don de profec as, éstas se acabarán; si de lenguas, cesarán; si de conocimiento, se acabará.
En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los demás digan su parecer.
As que, hermanos, aspirad a la profec a y no impidáis el hablar en lenguas.
El que habla lenguas se edifica a s mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia.
Mirad: os voy a decir un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados,
Que los hombres sólo vean en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
La circuncisión no es nada y nada es tampoco la no circuncisión; lo que vale es el cumplimiento de los mandamientos de Dios.
Pues bien, respecto de comer lo inmolado a los dolos, sabemos que un dolo no es nada en el mundo; y que no hay más que un solo Dios.
He hecho el insensato. Vosotros me obligasteis. Erais vosotros quienes deber ais recomendarme, porque, aunque no soy nada, nada desmerezco frente a esos superapóstoles.
Os digo esto: caminad en el Esp ritu, y no dejéis que se cumplan los deseos de la carne.
Por el contrario, el fruto del Esp ritu es amor, alegr a, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad,
Según lo vais leyendo, podéis advertir mi conocimiento del misterio de Cristo;
y también por m, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valent a el misterio del Evangelio,
el misterio escondido desde siglos y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a su pueblo santo,
Sin lugar a dudas, grande es el misterio de la religión: Él ha sido manifestado en carne, justificado en esp ritu, visto por ángeles, proclamado entre gentiles, cre do en el mundo, ascendido en gloria.