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Lucas 16:3 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

El mayordomo se puso a pensar: '¿A qué podré dedicarme ahora? Me faltan las fuerzas para trabajar la tierra, y pedir limosna me avergüenza...

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»El administrador pensó: “¿Y ahora qué haré? Mi jefe me ha despedido. No tengo fuerzas para cavar zanjas y soy demasiado orgulloso para mendigar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El administrador se dijo: '¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me despide de mi empleo? Para trabajar la tierra no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré?,° porque mi amo me quita la mayordomía. Para cavar, no tengo fuerzas, y mendigar, me da vergüenza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El administrador se dijo entonces para sí: '¿Qué voy a hacer, ahora que mi señor me quita la administración? Para cavar, ya no tengo fuerzas; pedir limosna, me da vergüenza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.

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Lòt tradiksyon



Lucas 16:3
26 Referans Kwoze  

Al llegar la noche, el dueño de la viña dijo a su administrador: 'Llama a todos los que han trabajado en la viña y, comenzando por los últimos en llegar, págales el jornal completo'.


Estuvieron después en Jericó. Luego, al salir de allí él y sus discípulos seguidos de una gran multitud, encontraron sentado junto al camino, pidiendo limosna, a Bartimeo, hijo de Timeo, un mendigo ciego que,


que llegó un día en el que ya no tuvo lugar donde almacenar más frutos. El dueño de la finca se puso entonces a reflexionar en busca de una solución.


El amo lo llamó y le preguntó: '¿Qué es eso que se está diciendo de ti? Dame cuenta inmediata del estado de mis bienes, y considérate despedido'.


A la puerta de su casa solía sentarse un mendigo enfermo llamado Lázaro. Tenía el cuerpo lleno de llagas,


Cierto día murió el mendigo Lázaro y los ángeles lo llevaron junto a Abraham. Algún tiempo después murió también el rico, y fue sepultado.


¡Ah!, ya sé lo que he de hacer: rodearme de amigos que me reciban en sus casas cuando salga de aquí'.


El juez, durante mucho tiempo, no hizo el menor caso a la demandante; pero un día, cansado ya del asunto, reflexionó: 'Yo no creo en Dios ni tengo respeto a nadie,


Los vecinos de aquel ciego, y los que le conocían de verle en la calle, se preguntaban: ¿No es éste el que se sentaba por aquí a pedir limosna?


Al mismo tiempo que ellos, se acercaban también otros que traían a un hombre cojo de nacimiento, al que cada día dejaban pidiendo limosna junto a la puerta del templo conocida como 'la Hermosa'.


Temblando de espanto, preguntó de nuevo Saulo: Señor, ¿qué quieres que haga? y el Señor le dijo: Levántate, entra en la ciudad y allí se te dirá lo que debes hacer.


Pero hemos sabido que algunos de los vuestros no se sujetan a norma alguna, y que viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada aparte de entremeterse donde no los llaman.