Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Lucas 10:10 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

Ahora bien, si llegáis a una ciudad donde la gente, por el contrario, se niegue a recibiros, proclamad en sus calles:

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid:

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero si un pueblo se niega a recibirlos bien, salgan a las calles y digan:

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero si entran en una ciudad y no quieren recibirles, vayan a sus plazas y digan:

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero en cualquier ciudad donde entréis y no os reciban, saliendo a sus plazas, decid:

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero en la ciudad donde entréis y no quieran recibiros, salid a la plaza y decid:

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid:

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Lucas 10:10
7 Referans Kwoze  

En el caso de que alguno no quiera recibiros ni escuchar vuestras palabras, salid de su casa (o aun de la propia ciudad) y sacudíos el polvo pegado a vuestros pies.


'¡Hasta el polvo de esta ciudad sacudimos de nuestros pies, como testimonio en contra vuestra! Pero tened presente que el reino de Dios ha estado cerca de vosotros'.


sanad a cuantos enfermos encontréis, y anunciad a todos: 'El reino de Dios se ha acercado a vosotros'.


Y si en algún lugar no quieren recibiros, salid de allí sacudiendo el polvo de vuestros pies, para que la gente tenga constancia de vuestra protesta.Fueron, pues, los discípulos de aldea en aldea, predicando el evangelio y sanando en todas partes a los enfermos.


Entonces, habiéndose sacudido contra aquellos el polvo de los pies, se fueron ambos a Iconio.


Pero ellos se le enfrentaban con hostilidad y profiriendo toda suerte de insultos, hasta que cierto día se sacudió Pablo el polvo de su ropa y les dijo: ¡Que vuestra sangre caiga sobre vuestras propias cabezas! Yo he cumplido ya con mi deber. De ahora en adelante me dedicaré a predicar entre los gentiles.