¿Y por qué? decían Nadie en tu familia se llama así.
Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
—¿Cómo? —exclamaron—. No hay nadie en tu familia con ese nombre.
Los otros dijeron: 'Pero si no hay nadie en tu familia que se llame así.
Y le dijeron: No hay ninguno de tu parentela llamado con ese nombre.
Y le replicaron: '¡Pero si nadie hay en tu familia que lleve ese nombre!'.
Y le dijeron: No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
pero Elisabet dijo: No, no es ese su nombre: el niño se llamará Juan.
Entonces, por señas, preguntaron al padre cómo quería él que le llamasen.
Hubo una vez un hombre llamado Juan, al que Dios envió