los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados de su mal, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.
Juan 9:3 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) Ni por sus propios pecados ni por los pecados de sus padres respondió Jesús
, sino para que en él se manifieste el poder de las obras de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Biblia Nueva Traducción Viviente —No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó Jesús—. Nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús respondió: 'Esta cosa no es por haber pecado él o sus padres, sino para que unas obras de Dios se hagan en él, y en forma clarísima. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús respondió: No pecó éste ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Contestó Jesús: 'Ni él pecó, ni sus padres, sino que esto es para que se manifiesten las obras de Dios en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondió Jesús: No es que haya pecado este, ni sus padres; sino para que las obras de Dios se manifestasen en él. |
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados de su mal, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.
Jesús, al recibir el mensaje, dijo: Esta enfermedad no va a ser causa de muerte, sino que va a servir para que Dios sea glorificado, y asimismo para que por ella sea glorificado el Hijo.
Cuando los isleños la vieron así, colgando de su mano, se dijeron: ¡Este hombre es sin duda un asesino! Escapó de la furia del mar, pero la justicia divina no le permite seguir viviendo.
Volvieron entonces a amenazarlos, pero luego les dejaron en libertad porque no encontraban cómo castigarlos sin provocar algún desorden entre el pueblo; porque en todas partes alababa la gente a Dios por lo que había ocurrido,
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él porque lo hemos sentido en nosotros mismos. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Y Dios nos demostró su amor enviando a este mundo a su Hijo único, para que muriendo él por nosotros pudiéramos nosotros tener vida eterna.