A estos doce los envió Jesús después de haberles dado las instrucciones pertinentes. Les dijo: No vayáis a las comarcas donde habitan los gentiles, ni entréis tampoco en ciudades samaritanas,
Juan 4:9 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) La mujer, sorprendida de que un judío le pidiera agua, le preguntó:
¿Cómo tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?Le hizo esta pregunta porque en aquel tiempo los judíos y los samaritanos ni siquiera se dirigían la palabra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Biblia Nueva Traducción Viviente La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús: —Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber? Biblia Católica (Latinoamericana) La samaritana le dijo: '¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?' (Se sabe que los judíos no tratan con los samaritanos). La Biblia Textual 3a Edicion Le dice entonces la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque judíos y samaritanos no comparten).° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces le pregunta la mujer samaritana: '¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, que soy samaritana?'. [Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.] Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos. |
A estos doce los envió Jesús después de haberles dado las instrucciones pertinentes. Les dijo: No vayáis a las comarcas donde habitan los gentiles, ni entréis tampoco en ciudades samaritanas,
Por último llegó un samaritano, que iba de camino; este vio al hombre tendido en la tierra y se sintió movido a compasión.
En aquel preciso momento llegaron los discípulos, que se quedaron sorprendidos al verle hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno se atrevió a preguntarle por qué ni acerca de qué estaban hablando.
Los judíos le contestaron muy irritados: ¡Con razón decíamos que tú eres un samaritano, y que estás endemoniado!
Sin embargo, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis la fuerza necesaria para ser mis testigos en todas partes: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.
Pedro les habló, diciendo: Todos vosotros sabéis que a los judíos nos está prohibido juntarnos o alternar con extranjeros; sin embargo, Dios me ha mostrado en una visión que no debo considerar contaminante o impura a ninguna persona.
Envía unos hombres a Jope, a buscar a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro, el cual se aloja en la casa de Simón el curtidor, junto a la orilla del mar'.