La semilla caída en terreno pedregoso es semejante a los que se deleitan oyendo la palabra de Dios, pero no echan raíces ni crecen; por un poco de tiempo llegan incluso a creer en ella, pero cuando vienen pruebas duras, se apartan y abandonan.
Juan 2:23 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) Jesús permaneció en Jerusalén durante toda la fiesta de la Pascua, y muchos, al ver las señales que hacía, creyeron en él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Biblia Nueva Traducción Viviente Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él; Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús se quedó en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, y muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, pues los conocía a todos La Biblia Textual 3a Edicion Mientras estaba en Jerusalem en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, al observar las señales que hacía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la pascua, muchos, viendo las señales que realizaba, creyeron en su nombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estando en Jerusalén, en la pascua, en el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo los milagros que hacía. |
La semilla caída en terreno pedregoso es semejante a los que se deleitan oyendo la palabra de Dios, pero no echan raíces ni crecen; por un poco de tiempo llegan incluso a creer en ella, pero cuando vienen pruebas duras, se apartan y abandonan.
Al presenciar aquello, muchos dirigentes judíos que habían ido a acompañar a María creyeron en él.
Aquella señal milagrosa en Caná de Galilea fue la primera que hizo Jesús. Manifestó así su glorioso poder, y logró que sus discípulos creyeran en él.
y luego, como ya se acercaba la fiesta judía de la Pascua, subió Jesús a Jerusalén.
Rabí, sabemos que Dios te ha enviado como maestro, porque nadie podría hacer las señales milagrosas que tú haces, si Dios no estuviera con él.
A su llegada, los galileos le recibieron con los brazos abiertos, porque muchos de ellos, que estuvieron en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, habían presenciado las cosas que allí había hecho.
Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que llevo a cabo, las cuales el Padre me encomendó. Ellas son las que dan testimonio de mí y la demostración de que el Padre me ha enviado.
Al ver la gente la gran señal milagrosa que Jesús había hecho, comenzaron a exclamar: ¡Sin duda es este el profeta que esperábamos que había de venir al mundo!
Entre tanto, muchos de los que estaban allí creyeron en él, y decían: Después de todo, cuando venga el Cristo, ¿qué señales milagrosas podrá hacer que éste no haya hecho?
Los que hemos recibido en Cristo la promesa de la vida eterna, no hemos de preocuparnos de si estamos o no circuncidados. Lo que a nosotros nos importa es la fe que actúa por medio del amor.
Y en esto consiste su mandamiento: en que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros.