yo os enviaré pronto lo que mi Padre os ha prometido. Pero no salgáis todavía de Jerusalén, sino permaneced aquí hasta que Dios os revista de todo poder. La ascensión
Juan 16:7 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) Pues escuchadme: Os aseguro que para vosotros es mucho mejor que me vaya, porque si no me fuese, tampoco vendría a vosotros el Consolador. En cambio, si yo me voy, él vendrá, porque yo mismo os lo enviaré. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Biblia Nueva Traducción Viviente En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; Biblia Católica (Latinoamericana) pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya, el Protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, el Paracleto no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sin embargo, yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Pues, si no me fuera, no vendría a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. |
yo os enviaré pronto lo que mi Padre os ha prometido. Pero no salgáis todavía de Jerusalén, sino permaneced aquí hasta que Dios os revista de todo poder. La ascensión
¿Habéis acaso olvidado lo que sucedió en vida de Elías, cuando por tres años y seis meses no cayó ni una gota de lluvia, y hubo una gran hambre en todo el país? Muchas eran las viudas que había entonces en Israel,
Por otra parte, os diré que algunos de los que están aquí no morirán sin haber visto el reino de Dios. La transfiguración
Pero cuando el Padre envíe en mi nombre al Consolador, al Espíritu Santo, él será quien os enseñe muchas cosas y os recuerde todo lo que yo os he dicho.
Ya sabéis lo que os he dicho: Ahora me voy, pero regresaré para estar con vosotros. Si de veras me amáis, os sentiréis gozosos porque me voy para estar con el Padre, y él es mayor que yo.
Cuando me haya ido y ya todo esté dispuesto, volveré y os llevaré conmigo, para que siempre estéis donde yo esté.
Pero cuando venga el Consolador, que es el Espíritu de la verdad y que yo os enviaré procedente del Padre, él os dará testimonio acerca de mí.
Cuando venga, el mundo se convencerá de su pecado, de mi justicia y del juicio de Dios.
Con estas palabras se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu Santo aún no había venido, pues Jesús todavía no había sido glorificado.
Pedro comenzó entonces a hablar, y les dijo: Ya veo que Dios no hace favoritismos ni diferencias entre unos y otros,
Con el poder de su diestra lo exaltó al lugar de honor en los cielos; y después de haber recibido del Padre la promesa de enviar al Espíritu Santo, lo derramó de la forma que vosotros habéis podido ver y oir.
Sabemos también que a quienes aman a Dios y responden a su llamamiento para entrar a formar parte de su plan, todo cuanto pueda sucederles redundará en su propio beneficio.
Sea como sea, la leve y momentánea tribulación que hoy soportamos redundará finalmente en un continuo aumento de la eterna carga de gloria que Dios nos tiene reservada.