pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a mis obras. Así os conveceréis de que el Padre está en mí y yo en el Padre.
Juan 11:4 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) Jesús, al recibir el mensaje, dijo: Esta enfermedad no va a ser causa de muerte, sino que va a servir para que Dios sea glorificado, y asimismo para que por ella sea glorificado el Hijo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». Biblia Católica (Latinoamericana) Al oírlo Jesús, dijo: 'Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para gloria de Dios, y el Hijo del Hombre será glorificado por ella. La Biblia Textual 3a Edicion Al oírlo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Jesús lo oyó, dijo: 'Esta enfermedad no es de muerte sino para la gloria de Dios: para que por ella sea glorificado el Hijo de Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. |
pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a mis obras. Así os conveceréis de que el Padre está en mí y yo en el Padre.
Diré, pues: '¡Padre, glorifica y honra tu nombre!' Entonces se oyó una voz del cielo, que decía: ¡Lo he glorificado y lo volveré a glorificar!
Después de estas cosas levantó Jesús la mirada al cielo, y oró diciendo: Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti
y todo lo mío es tuyo, como también lo tuyo es mío; y por causa de ellos he sido glorificado.
Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti, con aquella misma gloria que yo tenía estando contigo desde antes de la fundación del mundo. Jesús ora por sus discípulos
Aquella señal milagrosa en Caná de Galilea fue la primera que hizo Jesús. Manifestó así su glorioso poder, y logró que sus discípulos creyeran en él.
para que el mundo entero honre al Hijo de la misma manera que honra al Padre. Porque cualquiera que se niegue a honrar al Hijo enviado por Dios, se está negando también a honrar al Padre.
Si yo me estuviera glorificando a mí mismo respondió Jesús , mis palabras no tendrían ningún valor; pero es mi Padre quien me glorifica, el que decís que es vuestro Dios.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego, y le dijeron: ¡Glorifica a Dios y dale las gracias por tu curación, pero no a Jesús, que es un hombre pecador!
Ni por sus propios pecados ni por los pecados de sus padres respondió Jesús , sino para que en él se manifieste el poder de las obras de Dios.
¿Significa esto que los de Israel han tropezado y caído para siempre? ¿Que nunca más volverán a levantarse? ¡De ninguna manera! Pero sí es cierto que, valiéndose de su tropiezo, Dios ha puesto la salvación al alcance de los gentiles; y de este modo ha provocado los celos de los judíos, para que también ellos se afanen por obtenerla.
sino que por medio de Jesucristo seréis ricos en frutos de bondad y justicia, y de ese modo daréis gloria y alabanza al Señor. El vivir es Cristo
Anhelo y confío en no hacer nunca nada de lo que haya de avergonzarme; por el contrario, mi deseo es estar dispuesto siempre a predicar a Cristo con valor, aun en medio de estas tribulaciones. No me importa vivir o morir; lo que quiero es honrar a Cristo.
Gracias a él habéis creído en Dios, que le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que solamente en Dios depositéis vuestra fe y mantengáis vuestra esperanza.
El que se sienta llamado a hablar, hable de acuerdo con las palabras de Dios; el que se sienta inclinado a ayudar a los demás, hágalo con la energía que Dios le dé, para que Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por todos los siglos. Amén. Sufriendo por seguir a Cristo
Bienaventurados, pues, si os injurian por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.