Todas las cosas me han sido confiadas por mi Padre. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Juan 10:15 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) del mismo modo que mi Padre me conoce y yo lo conozco a él. Yo pongo mi vida por mis ovejas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Biblia Nueva Traducción Viviente como también mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas. Biblia Católica (Latinoamericana) lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. La Biblia Textual 3a Edicion así como el Padre me conoce y Yo conozco al Padre,° y pongo mi vida por las ovejas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy mi vida por las ovejas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. |
Todas las cosas me han sido confiadas por mi Padre. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate de muchos. Dos ciegos reciben la vista
Después, lleno del gozo del Espíritu Santo, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque tú, que has escondido estas cosas de los sabios y eruditos, se las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque tú así lo has querido.
Mi Padre me ha encomendado todas las cosas, y nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera revelar.
Nadie ha visto jamás a Dios; pero su Hijo único, que está siempre con el Padre, nos lo ha dado a conocer. Juan el Bautista niega ser el Cristo
Y no hay amor que pueda compararse al de quien, como yo, da la vida por sus amigos.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo sí te he conocido; y a estos discípulos míos, que saben que tú me enviaste,
Pero esto no significa que alguien haya visto al Padre, aparte del que ha venido de Dios. Unicamente él lo ha visto.
Vosotros no lo conocéis, pero yo sí lo conozco, y si os dijera otra cosa sería tan mentiroso como vosotros. Ciertamente, yo lo conozco y le obedezco sin reservas.
que se entregó a sí mismo a la muerte por nuestros pecados, y nos rescató de este presente mundo perverso en que vivimos, conforme al plan trazado por nuestro Dios y Padre.
Pero Cristo nos ha liberado de la maldición de la ley mosaica, cargando sobre sí mismo, al morir en la cruz, la maldición que a nosotros nos correspondía, porque dicen las Escrituras: 'Maldito el que muere colgado en un madero'.
Que vuestra conducta se base en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó a sí mismo en sacrificio por nosotros; ofrenda ésta de la que Dios se agradó como de un perfume delicado.
Él se entregó a la muerte para pagar nuestra liberación del pecado y hacernos pueblo suyo, un pueblo deseoso de practicar el bien.
Cristo murió en la cruz llevando en su propio cuerpo la carga de nuestros pecados, para que nosotros, habiendo muerto con él al pecado, podamos vivir 'a la justicia. Por su herida mortal habéis sido vosotros sanados.
Ya sabéis que también Cristo padeció una sola vez a causa de los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a la reconciliación con Dios. Ciertamente murió en el cuerpo, pero lo resucitó el Espíritu Santo,
que se ofreció en sacrificio por nuestros pecados, y no solo por los nuestros sino también por los de todo el mundo.