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Apocalipsis 4:7 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

El primero de aquellos seres vivientes tenía figura de león; el segundo, de becerro; el tercero tenía rostro humano, y el cuarto era como la figura de un águila en vuelo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El primero de esos seres vivientes era semejante a un león, el segundo era como un buey, el tercero tenía cara humana, y el cuarto era como un águila en vuelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El primer ser viviente era° semejante a un león, el segundo ser viviente, semejante a un becerro, el tercer ser viviente tenía° rostro como de hombre, y el cuarto ser viviente era semejante a un águila volando.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El primero es semejante a un león; el segundo, semejante a un toro; el tercero tiene el rostro como de hombre; y el cuarto es semejante a un águila en vuelo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el primer ser viviente era semejante a un león; y el segundo ser viviente era semejante a un becerro; y el tercer ser viviente tenía la cara como de hombre; y el cuarto ser viviente era semejante a un águila volando.

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Apocalipsis 4:7
20 Referans Kwoze  

Amados hermanos, no seáis como niños en vuestra manera de pensar, sino pensad como adultos que sois. Sed niños únicamente en lo que a la malicia se refiere.


y un mar sereno, transparente como el cristal. En medio del trono y a su alrededor había cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás.


Cuando rompió el segundo sello, oí que el segundo ser viviente decía: ¡Ven y mira!


Cuando rompió el tercer sello, oí que el tercer ser viviente decía: ¡Ven y mira! Miré, y vi un caballo negro. El jinete que lo montaba traía una balanza en la mano.


Cuando rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: ¡Ven y mira!