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Apocalipsis 1:3 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

Bendito el que lee esta profecía y benditos los que la escuchan y la guardan, porque la hora de su cumplimiento ya está cerca. Saludos y doxología

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Dios bendice al que lee a la iglesia las palabras de esta profecía y bendice a todos los que escuchan el mensaje y obedecen lo que dice, porque el tiempo está cerca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Feliz el que lea en público estas palabras proféticas y felices quienes las escuchan y hacen caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Bienaventurado° el que lee y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dichoso el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y observan lo escrito en ella, pues el tiempo está cerca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

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Lòt tradiksyon



Apocalipsis 1:3
15 Referans Kwoze  

Por tanto, cuando veáis aparecer en el Lugar Santo la impura abominación de que habla el profeta Daniel (¡entienda esto el lector!),


¡Y Dios bendiga más aún a los que escuchan su palabra y la ponen por obra! La señal de Jonás


Además hemos de vivir teniendo en cuenta el tiempo de que disponemos, pues sabemos que se está haciendo tarde y que es hora de dejar el sueño y velar, porque nuestra salvación está más cerca ahora que cuando empezamos a creer.


La noche está pasando y pronto llegará el alba del día en que el Señor ha de regresar. Dejemos de actuar en las tinieblas y vistámonos la armadura del bien, la que corresponde a quienes viven en la luz.


El fin de todas las cosas está cerca; por lo tanto, sed sobrios, velad y perseverad en la oración.


No dejéis de recordar, amados míos, que un día es para el Señor como mil años, y mil años como un día.


Luego añadió: No les pongas sello a las palabras proféticas que este libro contiene, porque está cerca la hora de su cumplimiento.


Mira, yo voy a venir pronto, y traeré la recompensa que he de dar a cada uno según hayan sido sus obras.


El que da testimonio de estas cosas declara: Sí, vengo pronto. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!


Recuerda que vengo pronto, y retén firmemente lo que tienes, para que nadie te arrebate tu corona.