Luego Juan dio su testimonio, diciendo: Yo vi al Espíritu Santo, que descendía del cielo como una paloma y se posaba sobre Jesús.
Apocalipsis 1:2 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) y Juan ha testificado de la palabra de Dios, del testimonio de Jesucristo y de todas las cosas que vio y oyó. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. Biblia Nueva Traducción Viviente quien relató con fidelidad todo lo que vio. Este es su relato de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Biblia Católica (Latinoamericana) el cual afirma que todo lo que ha visto es palabra de Dios y testimonio solemne de Jesucristo. La Biblia Textual 3a Edicion el cual dio testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús el Mesías: de todo cuanto vio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Juan se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, de todo cuanto vio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que él vio. |
Luego Juan dio su testimonio, diciendo: Yo vi al Espíritu Santo, que descendía del cielo como una paloma y se posaba sobre Jesús.
Entre la multitud se encontraban algunos que habían visto cómo Jesús llamaba a Lázaro del sepulcro, y cómo lo resucitó de entre los muertos. Contaban detalladamente el hecho a mucha gente
El que contempló todas estas cosas testifica de ellas con absoluta veracidad. A él le consta que cuanto dice es cierto, y que ha narrado los hechos con la mayor exactitud para que vosotros también creáis.
Este discípulo es el que ha dado testimonio de los hechos acaecidos y los ha puesto por escrito. Y nos consta que su testimonio es absolutamente veraz.
Pues te aseguro que hablo de cosas que conozco, y doy testimonio de las que he visto con mis propios ojos; sin embargo, no me creéis.
Pero levántate, porque me he aparecido a ti porque quiero que seas servidor mío y testigo mío, para que hables de las cosas que ya has presenciado y de aquellas otras por cuya razón me presentaré a ti en el momento oportuno.
¡Nosotros no podemos dejar de contar las maravillas que vimos y las enseñanzas que recibimos cuando estábamos con Jesús!
Todo cuanto yo os testifiqué acerca de Cristo se ha hecho realidad en vosotros,
Hermanos míos, cuando os visité para anunciaros el mensaje de Dios, no traté de impresionaros con un lenguaje elevado ni con sabios conceptos,
Lo que existía desde el principio de todas las cosas, lo que oímos, lo que vimos con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos, eso es la Palabra de vida.
Además, con nuestros propios ojos hemos visto (y así lo proclamamos) que Dios Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.
Todos, incluso la propia verdad, dan un buen testimonio de Demetrio. También nosotros pensamos lo mismo de él, y ya sabéis que nuestras palabras responden a la verdad.
que me decía: Escribe en un libro las cosas que vas a ver, y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
Escribe las cosas que has visto, las que ahora están sucediendo y las que sucederán después, en el futuro.
Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en los sufrimientos, en el reino de Dios y en la paciente espera de Jesucristo, me encontraba en la isla de Patmos, desterrado por predicar la palabra de Dios y testificar de Jesucristo.
Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron despreciando su propia vida hasta la muerte.
Entonces, en el colmo de su ira, el dragón se fue a hacer la guerra a los que quedaban de la descendencia de la mujer, los que cumplen los mandamientos de Dios y dan testimonio de Jesucristo.
Y vi unos tronos en los que se sentaban los que habían sido facultados para juzgar. Y vi también las almas de los que habían sido decapitados por ser testigos de Jesús y por proclamar la palabra de Dios. Ellos nunca habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían aceptado en ningún momento que los marcaran en la frente o en las manos; y yo los vi resucitar y reinar mil años con Cristo.
Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido asesinados por predicar la palabra de Dios y ser fieles testigos de la verdad.