Por tanto, id y haced discípulos entre todas las naciones, bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
1 Juan 5:8 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) que concuerdan entre sí: el Espíritu Santo, el agua y la sangre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Biblia Nueva Traducción Viviente —el Espíritu, el agua y la sangre— y los tres están de acuerdo. Biblia Católica (Latinoamericana) el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo. La Biblia Textual 3a Edicion El Espíritu, el agua, y la sangre; y los tres concuerdan.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 el Espíritu y el agua y la sangre; y los tres concuerdan en lo mismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres concuerdan en uno. |
Por tanto, id y haced discípulos entre todas las naciones, bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
pues incluso habiéndose presentado muchos que testificaban falsamente, sus testimonios eran contradictorios.
Pero cuando venga el Consolador, que es el Espíritu de la verdad y que yo os enviaré procedente del Padre, él os dará testimonio acerca de mí.
Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y de la herida brotó al instante sangre y agua.
Esto concuerda cabalmente con lo que predijeron los profetas, y así está escrito:
Esto es algo que el Espíritu Santo, hablándonos desde lo profundo de nuestro propio espíritu, nos enseña y asegura: que verdaderamente somos hijos de Dios.
Por lo cual Jesús sufrió y murió fuera de las puertas de la ciudad, y allí, con su sangre derramada, lavó nuestros pecados.
Es inútil empeñarse en atraer de nuevo para el Señor a quienes, habiendo sido una vez iluminados por la luz del evangelio y gustado del don celestial de la salvación, y habiendo participado del Espíritu Santo
Esto viene a ser una figura del bautismo, que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en la súplica a Dios de una buena conciencia. Además es signo de la salvación que se alcanza por la resurrección de Jesucristo,
Y si nosotros aceptamos el testimonio de los hombres que comparecen ante los tribunales, con mayor razón habremos de creer a Dios, que ha testificado respecto de su Hijo.