A cualquiera que delante de la gente reconozca ser mío, también yo le reconoceré delante de mi Padre que está en los cielos.
1 Juan 4:15 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento) Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los que declaran que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en ellos y ellos en Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Cualquiera que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. |
A cualquiera que delante de la gente reconozca ser mío, también yo le reconoceré delante de mi Padre que está en los cielos.
Escuchad esto: A todo aquel que tenga la valentía de confesar públicamente su fe en mí, también el Hijo del hombre le confesará en presencia de los ángeles de Dios.
Felipe le contestó: Si crees de todo corazón, nada hay que lo impida.Él dijo: Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Que si confiesas con tus labios que Jesús es el Señor, y si crees de corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, te salvarás.
y para que toda lengua glorifique a Dios Padreconfesando que Jesucristo es el Señor. Testimonio de luz
El que niega al Hijo no puede tener al Padre; y, al contrario, el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.
Permaneced, pues, firmes en vuestra fe, en todo lo que fuisteis instruidos desde el principio; así permaneceréis siempre en comunión con el Padre y con el Hijo.
Y en esto consiste su mandamiento: en que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros.
El que guarda los mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y sabemos que Dios permanece en nosotros por el Espíritu Santo que nos ha dado.
Porque aunque nunca ha visto nadie a Dios, ejercitando el mutuo amor fraternal permanece Dios en nosotros, y su amor es una realidad perfecta en nuestro corazón.
La presencia del Espíritu de Dios se reconoce en esto: todo espíritu que procede de Dios confiesa que Jesucristo se encarnó en cuerpo mortal, asumiendo nuestra naturaleza humana.
Todo el que cree que Jesús es el Cristo, es hijo de Dios; y todo el que ama a un padre, ama también al hijo engendrado por él.
pues nadie puede salir victorioso en la lucha contra el mal, sino sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Pero por ahí andan muchos impostores que no confiesan que Jesucristo vino a nosotros en cuerpo humano y mortal como el nuestro. Quienes eso enseñan son embusteros y anticristos.