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1 Juan 1:8 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

Si decimos que no cometemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

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Lòt tradiksyon



1 Juan 1:8
33 Referans Kwoze  

Vosotros sois hijos del diablo, y vuestro deseo es hacer las mismas cosas que él hace. Desde el principio, el diablo ha sido asesino y enemigo de la verdad, por cuanto en él no hay ninguna verdad. Mentir es para él totalmente normal, porque es mentiroso y padre de la mentira.


Como dicen las Escrituras: 'No hay ni un solo justo,


Porque todos hemos pecado, 'y nadie puede tener parte por sí mismo en la gloria de Dios;


Por eso, que nadie se engañe a sí mismo. Si entre vosotros hay alguno que se tiene por sabio según las normas de este mundo, vuélvase ignorante para poder alcanzar la verdadera sabiduría, la que procede de lo alto,


Si alguno se cree muy importante, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.


son unos vanidosos ignorantes que deliran por entablar discusiones y disputas de las que únicamente se derivan envidias, pleitos, blasfemias y desconfianzas. Son individuos porfiados, de entendimiento corrompido por el pecado, incapaces de decir la verdad. Para ellos, la religión no es otra cosa que un negocio, una fuente de ganancias. ¡Apártate de esa clase de gente!


sin embargo, será a los malhechores y a los falsos maestros a quienes en realidad les irá peor de día en día. Ellos seguirán engañando a muchos, pero también ellos, a su vez, resultarán engañados.


Sin embargo, no nos engañemos: no es este un mensaje al que solo hayamos de prestar oídos. Sobre todo es menester ponerlo por obra.


Si alguno entre vosotros se tiene por religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religiosidad es una absoluta vaciedad.


Todos ofendemos con la palabra muchas veces; y si alguien no ofende con su palabra, es una persona perfecta, capaz de dominar todo su cuerpo.


Este será el premio a su maldad, a haberse dedicado día tras día a satisfacer sus bajas pasiones. Ciertamente es una vergüenza y un escándalo que os juntéis con esos individuos que viven entregados al pecado, y que incluso cuando comen en vuestra compañía hacen gala de sus propios errores.


Si decimos que no hemos pecado, estamos dejando a Dios por mentiroso y no retenemos su mensaje en nuestro corazón.


De modo que si decimos que tenemos comunión con él, pero seguimos andando por las tenebrosas sendas del pecado, mentimos. En ese caso no actuamos con verdad.


Quizás haya quien asegure: '¡Yo le conozco!', pero ese, quienquiera que sea, si no guarda sus mandamientos, es un embustero y no hay verdad en él.


Si alguno dice: 'Yo amo a Dios', y al mismo tiempo odia a su hermano, es un embustero; porque si es incapaz de amar a su hermano, al que ve y conoce, ¿cómo podrá amar a Dios, a quien jamás ha visto?


porque la verdad permanece y permanecerá en nosotros para siempre.


La visita que he recibido de algunos hermanos me ha llenado de satisfacción. Me hablaron de ti, y dieron testimonio de tu fidelidad y tu conducta, que es conforme a la verdad del evangelio.