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Marcos 7:37 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

37 Ellos quedaron asombrados y decían: – Todo lo hace bien, hace que los sordos escuchen y que los mudos hablen.

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Biblia Reina Valera 1960

37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 Quedaron completamente asombrados y decían una y otra vez: «Todo lo que él hace es maravilloso. Hasta hace oír a los sordos y da la capacidad de hablar al que no puede hacerlo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 Estaban fuera de sí y decían muy asombrados: 'Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Y se maravillaban en gran manera, diciendo: ¡Todo ha hecho bien! ¡Hace oír a los sordos y hablar a los mudos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Y en el colmo de la admiración, decían: 'Todo lo ha hecho perfectamente: hace oír a los sordos y hablar a los mudos'.

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Marcos 7:37
16 Tagairtí Cros  

Mientras ellos salían de la casa, le trajeron hasta Jesús a un mudo endemoniado.


Todos quedaron asombrados y se pusieron a discutir entre ellos diciendo: – ¿Qué es esto? ¡Una nueva enseñanza con autoridad! Hasta los espíritus malignos le obedecen cuando les da órdenes.


En ese mismo instante y ante la mirada de todos, aquel hombre se levantó, tomó su camilla y salió, así que los que estaban presentes quedaron impresionados, alababan a Dios y decían: – Nunca hemos visto nada parecido.


Ellos tuvieron mucho miedo, y se decían los unos a los otros: – ¿Quién es este, que hasta el viento y el lago le obedecen?


La niña, de doce años, se levantó de inmediato y comenzó a caminar. Todos quedaron muy asombrados e impresionados.


Él se subió a la barca con ellos y el viento se calmó; los discípulos se asombraron y se quedaron perplejos.


Jesús ordenó a los que estaban allí que no comentaran lo que sucedió, pero cuanto más les prohibía, más lo divulgaban.


En aquellos días había una gran multitud que no tenía nada para comer; Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:


Nosotros en verdad merecemos este castigo, porque recibimos un juicio por lo que hicimos, en cambio, este hombre no hizo nada malo.


La gente se dio cuenta de lo que Pablo había hecho, entonces empezaron a gritar en su propio dialecto de Licaonia: – ¡Los dioses han bajado en forma de seres humanos a visitarnos!


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