Hechos 25:11 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia
11 Si cometí un delito o soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero si no he hecho nada de estas acusaciones que estos judíos formulan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para complacerlos. ¡Apelo al emperador!
11 Porque si algún agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehúso morir; pero si nada hay de las cosas de que estos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A César apelo.
11 Si he hecho algo digno de muerte, no me niego a morir; pero si soy inocente, nadie tiene el derecho de entregarme a estos hombres para que me maten. ¡Apelo al César!
11 Si he cometido algún delito que merezca la muerte, acepto morir. Pero si no he hecho nada de lo que me acusan, nadie tiene derecho a entregarme a ellos. Apelo al César.
11 Por tanto, si soy culpable y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir; pero si nada hay de las cosas de que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos: Apelo a César.
11 Si soy culpable y he cometido algún delito que merezca la muerte, no rehúyo morir; pero si nada hay de lo que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César'.
Pero Pablo replicó: – Las autoridades ordenaron que nos azotaran públicamente sin haber comprobado que hubiéramos cometido algún delito. Aunque somos ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel sin un juicio digno y ¿ahora quieren que nos vayamos discretamente? ¡No lo acepto! Que vengan ellos mismos a liberarnos.
Cuando Pablo iba empezar a defenderse, Galión intervino y dijo a los judíos: – La única forma que puedo permitir que se siga con este juicio es si ustedes estuvieran entablando una demanda sobre algún delito grave contra la ley o algún crimen, así sería razonable que los escuchara,
Pero cuando los soldados lo estaban atando para azotarlo, Pablo le dijo a un capitán: – ¿Tienen ustedes autoridad para azotar a un ciudadano romano que no ha sido condenado, no es eso ilegal?
Pablo le contestó: – En este momento estoy ante el tribunal del emperador y es aquí donde debo ser juzgado; no he hecho nada malo en contra de los judíos y usted lo sabe muy bien.
sin embargo, como los judíos se opusieron, me vi obligado a apelar al emperador, pero no porque tuviera alguna acusación que presentar contra mi nación,
quienes inclusive mataron al Señor Jesús así como a los profetas y a nosotros nos expulsaron. Estas actitudes de los judíos no agradaron a Dios, porque ellos son enemigos de todos