Sofonías 3:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20084 Sus profetas son unos parlanchines mentirosos que engañan a la gente. Sus sacerdotes deshonran el templo con sus infracciones a la ley de Dios. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19604 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente4 Sus profetas son mentirosos y arrogantes, en busca de su propia ganancia. Sus sacerdotes profanan el templo al desobedecer las instrucciones de Dios. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)4 Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion4 Sus profetas son insolentes, hombres desleales; sus sacerdotes han profanado el santuario y han violentado la Ley. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19754 Sus profetas son vanidosos, impostores; sus sacerdotes profanan lo santo, quebrantan la ley. Féach an chaibidil |
Tus sacerdotes han ignorado mis mandamientos y deshonrado mi templo y mi santidad no les ha merecido ninguna consideración. Para ellos las cosas de Dios no tienen más importancia que cualquier tarea diaria. No han enseñado a mi pueblo la diferencia entre el bien y el mal, y no toman en cuenta mis sábados como días especiales, por lo que mi nombre santo es ofendido constantemente por ellos.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».
»El hijo respeta a su padre y el esclavo a su amo. Yo, el Señor Todopoderoso, sin embargo les pregunto a ustedes, sacerdotes, que no le dan ninguna importancia a mi gran fama: “Si soy su Padre, ¿por qué no me respetan? Si soy su Amo, ¿por qué no me tienen temor?”. »Pero ustedes aún se atreven a preguntar: “¿Cuándo hemos tenido en nada tu gran fama?”.