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Salmos 96:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Denle la gloria que merece. Traigan sus ofrendas vengan y adórenlo.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¡Denle al Señor la gloria que merece! Lleven ofrendas y entren en sus atrios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ríndanle al Señor la gloria de su nombre, traigan la ofrenda y entren en su templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Tributad a YHVH la honra debida a su Nombre, Llevad ofrenda y entrad en sus atrios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 rendid ante el Señor la gloria de su nombre, penetrad en sus atrios y elevadle presentes.

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Salmos 96:8
21 Tagairtí Cros  

Entremos por sus puertas con canciones de alabanza y gratitud. Démosle gracias y bendigamos su nombre.


Él ha pagado el precio del rescate por su pueblo, y estableció con ellos su pacto para siempre. ¡Su nombre es santo e imponente!


en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


Alábenlo por su majestuosa gloria; la gloria de su nombre. Preséntense ante él en su majestuoso santuario.


La gente de Tiro te cubrirá de regalos; los más ricos del pueblo suplicarán tu favor».


Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios.


»”El pueblo rendirá homenaje al Señor frente a este pasillo de entrada los sábados y los días de celebración de luna nueva.


»Sepan que mi fama es muy grande y respetada en todas las naciones que hay desde el oriente hasta el occidente. Por todo el mundo ofrecen perfumes delicados y ofrendas puras en honor a mi gran fama. ¡De qué manera se ha extendido mi fama entre las otras naciones! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Por esto, hermanos, tomando en cuenta el amor que Dios nos tiene, les ruego que cada uno de ustedes se entregue como sacrificio vivo y santo; este es el único sacrificio que a él le agrada.


para ser servidor de Cristo para bien de los gentiles. Mi deber sacerdotal es llevarles el evangelio de Dios, a fin de presentar a los gentiles ante Dios como una ofrenda que a él le agrada, porque el Espíritu Santo la ha purificado.


Y aunque mi vida sea sacrificada como una ofrenda y servicio que proceden de su fe, me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría.


He recibido todo lo que necesito y hasta más. Epafrodito me dio lo que me enviaron y ahora tengo de sobra. Su ayuda es una ofrenda de olor grato, un sacrificio que Dios acepta con agrado.


Por eso, salgamos a encontrarnos con él fuera del campamento, compartamos la deshonra que él sufrió,


también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.


¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Porque sólo Tú eres santo. Las naciones vendrán y te adorarán, porque tus obras de justicia ya se han manifestado».


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